23/08/2008

Locales

Bochorno: agresiones entre funcionarios y municipales derivan en denuncia penal

Golpes de puño, forcejeos, patadas, insultos y funcionarios de Miguel Lunghi convertidos en fuerza de choque oficial convirtieron una protesta salarial de los trabajadores municipales en bochornosos sucesos de violencia, episodios que derivaron en denuncias penales contra los funcionarios radicales.
Los incidentes se registraron cuando el intendente junto a su gabinete y concejales oficialistas improvisaron un vallado humano para que los manifestantes no ingresen al Palacio comunal, en tanto exigían que la entrega del petitorio se haga en las afueras del edificio público.
La negativa del Gobierno, encarnada en sus más altos exponentes, enardeció a los referentes del Sindicato de Trabajadores Municipales, quienes forcejearon cuerpo a cuerpo con las autoridades, desencadenando así un intercambio de agresiones físicas que distorsionaron el objetivo de la marcha, que no era, ni más ni menos, que la entrega de un simple escrito con el pedido de la suba de haberes.
Insultos de toda naturaleza salieron de la boca de los funcionarios, y tras empujones varios, el secretario de Desarrollo Social, Julio Elichiribehety terminó en el piso, con las piernas para arriba, y la multitud a punto de arrollarlo.
Luego, el psicólogo social maldijo a quienes apuntó como sus agresores: “cagones, patoteros, quien me pateó de atrás, el hijo de puta que me pegó que venga ahora…”, gritó entre el tumulto.
El enfrentamiento físico y verbal no tiene precedentes en los cinco años de mandato del pediatra.

ANTES PROTOCOLO, AHORA BOXEO
Otro que dio la nota fue el director de Relaciones Institucionales, Héctor Llorens. El ex titular de Protocolo, tras gritarle “cagón” al secretario general del gremio, Roberto Martínez Lastra, le tiró al menos un puñetazo a la cara del barbado dirigente, quien ante las cámaras y micrófonos de los medios, intentó contestar la embestida.
Incluso una mujer, que quedó inmersa en la acalorada discusión, dijo que fue agredida por un miembro del gabinete lunghista.
Por estos episodios, Elichiribehety y Llorens fueron denunciados ante el Tribunal de Trabajo, según adelantó el sindicato minutos después de los golpes.
El jefe de gabinete, Carlos Fernández, procuró desconocer la gravedad del choque pugilístico argumentando que “sólo hubo algunos empujones”, minimizó luego de la realidad que presenciaron varios medios de prensa.
De repente, Lunghi y su equipo desapareció del hall central, que fue copado por los trabajadores movilizados, representados por el STMT y la Asociación de Profesionales, que acompañó la protesta. Encima, se anunció que se descontarían las horas no trabajadas a quienes participaron de la movilización, lo que sumó nafta al fuego. “Hasta que no nos devuelvan las horas no trabajamos”, se mocionó desde la escalera central a los empleados, quienes vivaron la propuesta.
También se decidió que los trabajadores seguirían en estado de movilización y asamblea permanente.
Unos 500 empleados de diversas áreas habían marchado, pasadas las 11, desde la sede que tiene el STMT en 9 de julio hasta Belgrano al 400.
Cuando la columna llegó a la zona de la Plaza Independencia, el propio Llorens salió a “testear” la convocatoria para avisar a su líder político que estaban dadas las condiciones para esperarlos afuera, y que los manifestantes no entren, cometido que el Ejecutivo no logró concretar.
“No rompan nada compañeros, porque esto es nuestro”, dijo Martínez Lastra a sus dirigidos en medio del tenso clima.

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