El personal técnico del Hospital “Ramón Santamarina” adelantó que el lunes, cuando comience a funcionar el futuro nosocomio infantil, no cruzará de manzana para prestar servicios en el flamante edificio que se inaugura esta mañana, en tanto harán una presentación en el Ministerio de Trabajo y otra en la Justicia.
Así lo indicó David Marconi, delegado del sector, quien en contacto con LA VOZ lamentó la falta de respuestas por parte del Ejecutivo a un viejo reclamo del plus por aumento de tareas y formación a empleados sin experiencia.
Por otro lado, pese a las declamaciones radicales de un acuerdo con la planta hospitalaria movilizada, ayer el Sindicato de Trabajadores Municipales develó que también existe preocupación e incertidumbre en la cocina, el lavadero y los camilleros, lo que agrava el panorama.
Los médicos, que en principio habrían llegado a puntos de consenso, hasta el momento no dieron por concluido el brete.
Las numerosas reuniones a contrarreloj, al parecer, no zanjaron las diferencias entre la administración de Miguel Lunghi, quien pidió a los trabajadores “que pongan el hombro” y el gremio, que fustigó la “desorganización” en torno a los recursos humanos del “Debilio Blanco Villegas”.
Según Marconi, son menos de 40 técnicos (Laboratorio, Rayos, Hemoterapia y Farmacia) los convocados a cumplir labores en ambos centros, los que reclaman “250 pesos más” mensuales. “Con 10.000 pesos por mes, ese tema lo arreglan”, dijo el entrevistado.
Así las cosas, acudirán a la cartera laboral para fijar que por no contar con las condiciones necesarias, no irán desde el lunes al centro pediátrico, defendiendo que “somos empleados del Ramón Santamarina”, argumento que había adelantado este diario como eje del debate.
En la Justicia, paralelamente, buscarán deslindar responsabilidades por cualquier problema que surja en la atención de algún pequeño.

Lunghismo con “tapones de punta”
A la hora de esgrimir explicaciones, el técnico evidenció que “tenemos toda la buena voluntad y no ponemos ninguna traba, le ponemos el hombro, pero esto ya lo veníamos anticipando desde hace mucho”.
Luego Marconi consideró que la estrategia del Ejecutivo es enfrentar al personal con la población. “Un funcionario ya nos dijo que si no aceptábamos iban a ir con los tapones de punta contra nosotros”, confió la voz sindical.
“Creemos que se desdibuja todo. De 11 camas que hay en el Santamarina pasaremos a 24 en el Blanco Villegas”, puntualizó sobre la sumatoria de trabajo por el mismo sueldo.
A su turno, Roberto Martínez Lastra (STMT) criticó a la gestión del pediatra porque “puso coordinadores por todos lados con sueldos considerables, ¿no puede responder a esto?”.
También denunció que por “cuestiones personales” se dejó afuera del nuevo proyecto a la jefa de enfermeras de Pediatría, para poner a una persona que se había jubilado al frente de la coordinación del DBV.
Si bien el Gobierno sostiene que en su momento se dieron órdenes a los jefes de sala para organizar el esquema de trabajo, “nunca llegó esa comunicación al personal”, esgrimió el secretario general.