Hace exactamente 12 meses, la ciudad amaneció de luto. Tres vidas jóvenes se perdieron en un accidente de tránsito ocurrido en los toboganes de la continuación de avenida Juan B. Justo, zona “La Elena”. La colisión entre un automóvil marca “Torino” y dos ciclomotores tuvo como saldo el fallecimiento de Matías Chantada (16), Diego Precioso (14) y Gustavo Bauer (23).
Este primer aniversario se cumple en medio de una investigación judicial que ya culminó la denominada “prueba madre”.
Según relevó este diario recientemente, aquella tragedia que puso de relieve la problemática de las “picadas” en Tandil, ya está en manos de la Justicia la pericia planimétrica accidentológica, la que cuenta con elementos cruciales para el expediente.
En este contexto, el abogado de la familia Chantada, doctor Julio Meiller Castro, integrante del Estudio Jurídico “Di Giano” (Olavarría), había marcado algunos detalles de la causa que, entienden, refuerza una hipótesis concreta sobre las responsabilidades.
“El Torino venía por su mano a velocidad reglamentaria, y las motos invadieron el carril de circulación del automóvil, provocando el accidente por circular en contra mano”, sintetizó el letrado sobre su teoría del episodio, que tuvo lugar el 12 de noviembre de 2007.
La pesquisa está en manos del fiscal, doctor Luis Piotti, titular de la UFI Nº 3, quien recogió una amplia cantidad de testimonios de testigos directos, muchas de esas declaraciones tomadas poco después de la colisión en La Elena. Cabe recordar que Precioso, al momento del fatídico suceso, “manejaba el ciclomotor 110 cc que impactó sobre la puerta del Torino” y Bauer lo hacía en una Honda XR 250: ambos fallecieron.
Asimismo, Meiller citó tres testimonios coincidentes, presentes en la causa, que refuerzan lo que horas después del accidente era vox populi: el pelotón de motos venía de participar y/o ver competencias ilegales de velocidad, en la antesala del impacto.
Estos testigos, de 18, 19 y 20 años, declararon ante el instructor contenidos similares.

La familia recordó a Santiago Chantada
Se cumple un año del fallecimiento de Isaías Santiago Chantada Latú (16).
“Santy”: un chico lleno de vida y proyectos, respetuoso, compañero, trabajador, humilde... lleno de amigos y amante de su pasión por las cosas del campo.
No hay palabras que expliquen la partida de un hijo. Sólo el consuelo de saber que hicimos lo posible para criar una buena persona y el orgullo de haberlo tenido como hijo.
“El Paisa”, así le gustaba que le digan.
Aquí dejaste el bombo con sus palos cruzados esperando ser tocados, y esa boina intocable porque para vos era sagrada.
Te queremos recordar sin lágrimas, pero es algo imposible. Quizás tengan razón cuando dicen que era tu día.
Quizás sea cierto lo que dice Juan: “que estás sentado al lado del más grande”.
Quizás eras un angel y no lo sabía.
No hay día que no busque un paisano para recordarte.
Papá te dice que te ve haciendo la guachera. Yo no hijo, yo no te veo.
Y te seguiré esperando hasta que Dios me de vida.
Tus hermanos heredaron cositas tuyas: Dai tiene tu dulzura, Cami tu voluntad, y Juan tu pasión por las cosas del campo.
Sé que no te fuiste muy lejos.
Y sé también que nos estás esperando.
Te amamos, tu familia, por siempre.