Cambiar este presente en Santamarina donde de los últimos cinco juegos solo se cosecharon dos puntos, depende pura y exclusivamente de los jugadores y la mejor decisión dentro del campo de juego; del cuerpo técnico trabajando como lo hace durante la semana y de los dirigentes teniendo la cabeza fría y sabiendo cual es el objetivo final sin enrocarse con los distintos comentarios que a esta hora se hacen, especialmente en las rondas de café.
Que el equipo no está jugando bien, no es novedad. Lo que habría que descifrar es porque de visitante no puede desarrollar lo que muestra en Tandil. Quizás uno puede imaginar que gran parte de este flojo rendimiento obedezca a que Santamarina casi no participa del presente Argentino A y que gracias al esfuerzo de un grupo de dirigentes se armó una plantilla que no pudo hacer la base física indispensable para afrontar estos torneos.
Se sabía una vez realizado el fixture que las rondas 2 y 4 serían muy difíciles porque había que jugar muchos encuentros en condición de visitante. Si solo tomamos lo realizado por el equipo en la segunda ronda hay que decir que Santamarina obtuvo un solo punto sobre nueve jugados, lo que marca que hasta el momento el representante de Tandil no pudo revalidar las unidades cosechadas en casa.
Otro dato a tener en las 11 fechas jugadas es la cantidad de expulsados que obligan a realizar modificaciones. El repaso tiene como líder a Emanuel Giménez quien vio la roja en las fechas 4, 8 y 11. Calabrese (fecha 2), Elizondo (fecha 6), Barrios Suárez y González (fecha 10) completan la nómina de futbolistas que fueron expulsados en el presente certamen.
En cuanto a rendimientos dentro de la cancha hay que mencionar varios jugadores han bajado en su producción, situación que conocen y que buscan poder revertir cuanto antes.
En cuanto al planteo de cada uno de los partidos, da la sensación que Santamarina no sabe especular. Sale a jugar de igual a igual y eso es muy meritorio, pero las situaciones que genera no las puede transformar en gol y termina lamentándose lo que pudo haber sido y no fue. En esa ambición de ir hacia el arco de enfrente se dejan espacios que el rival aprovecha o se marca mal en un tiro libre que terminan con la pelota en el fondo del arco tandilense. Algo de esto ocurrió en Lincoln. De un córner a favor, Rivadavia terminó estableciendo el 1 a 0 y luego con un tiro libre aumentó la ventaja con la aparición en ofensiva y sin marca de Cristian Roca.
Corrigiendo algunas cosas este equipo está en condiciones de volver a ser el de la primera rueda que sorprendió a muchos. En los últimos cinco juegos de la segunda ronda el objetivo será conseguir la mayor cantidad de puntos posibles, que permitan plantearse nuevos objetivos, aunque lo principal sigue siendo mantenerse en la tercera categoría del fútbol argentino.