30/08/2008

Locales

Militar tandilense detenido por un crimen cometido en la Dictadura

El Juez Federal de Azul, doctor Juan José Comparato, ordenó ayer la detención de tres represores por su responsabilidad en el secuestro, privación de la libertad y asesinato de Carlos Alberto Moreno, abogado de la ciudad de Olavarría, y entre los apresados se encuentra el suboficial mayor(R) José Luis Ojeda.
Además de Ojeda a pedido de los familiares, la Fiscalía y la Secretaría de Derechos Humanos de la provincia, fueron detenidos el coronel (R) Julio Alberto Tommasi, jefe del Regimiento y el coronel (R) Roque Italo Pappalardo. Ojeda quedó alojado en la Subdelegación Tandil de la Policía Federal Argentina.
Los tres están imputados por el delito de “privación ilegal de la libertad agravada por haberse cometido con violencia y amenazas en concurso real con tormentos, agravados por haber sido cometidos respecto de un perseguido político, en concurso real con el delito de homicidio”.
Además el juez Comparato fijó para los días 8 y 9 de septiembre la indagatoria para los hermanos Méndez por el delito de encubrimiento en la misma causa.
El caso de Moreno es uno de los más de 120 hechos que se integran la mega causa que fuera iniciada en el 2004 por la Secretaría de Derechos Humanos provincial junto a los organismos de derechos humanos locales y que investiga la existencia y funcionamiento del circuito represivo que funcionó durante la última dictadura en la zona de Olavarría, Azul, Tandil y Las Flores.

El caso
Carlos Alberto Labolita era un reconocido abogado laboralista de la ciudad de Olavarría, luchador por los derechos de los trabajadores, que representaba a diversos gremios de la zona. El 29 de marzo de 1977 en la ciudad de Olavarría Carlos Alberto Moreno salió de su casa hacia la escuela donde trabajaba su mujer a dar aviso de su ausencia, y no volvió. Según testigos, esa noche 2 sujetos de civil y con armas de guerra lo detuvieron en la estación de servicio “San Ignacio”, a una cuadra de la casa.
Moreno estuvo secuestrado en el centro clandestino de detención conocido como “La chacra “ propiedad de Emilio Méndez (entonces gerente del Banco Comercial de Tandil, según consta en la causa) y Julio Manuel Méndez, considerados partícipes secundarios en tanto dueños de la chacra en la que el joven olavarriense estuvo ilegalmente detenido y sometido a tormentos.
El 3 de mayo, Carlos Alberto logró escapar por la zona de quintas. Diversas personas del Paraje Los Laureles, lo ven corriendo siendo perseguido. Moreno es herido y vuelto a detener por orden del entonces Mayor Papalardo.
La Secretaría de Derechos Humanos Sara Derotier de Cobacho señaló que “ estas detenciones son importantes para el avance de esta causa que investiga la represión en el centro de la provincia de Buenos Aires, y el secuestro y asesinatos de este abogado comprometido con los derechos de los trabajadores, da cuenta, al igual que los hechos conocidos como “La noche de las Corbatas” en Mar del Plata, del proyecto político, social y económico que se ocultaba tras el plan sistemático y clandestino de represión puesto en marcha por la dictadura militar”.
La Justicia Federal reconstruyó a través de una pericia científica aquel derrotero feroz en el que sudó, gritó, tembló y agonizó hasta morir. Una comitiva judicial encabezada y dirigida por el doctor Juan José Comparato buscó el jueves 24 de julio repetir el trayecto que emprendió Moreno, abogado olavarriense secuestrado el 29 de abril de 1977, desde la chacra en la que estaba ilegalmente detenido en Tandil hasta el lugar de su crimen. No restan demasiadas dudas de que logró fugar del horror, pero una comitiva militar lo recapturó y lo asesinó, según destacó El Popular.
Estuvieron junto al juez, el fiscal, los secretarios y algunos sobrevivientes de otros centros clandestinos cercanos, Margarita Moreno, hermana de Carlos Alberto y los hijos, Matías y Martín. Caminaron por esas sendas que dejaron atrás en las décadas la rusticidad del paisaje para verse invadidas por casas, departamentos, árboles jóvenes y una vegetación difícil de reconocer.
“A la chacra de Méndez, en donde estaba detenido papá, entramos por una tranquera que creemos que estaba igual que en aquel momento. Uno ahí ve una pileta de natación o lo que fue una pileta de tamaño desproporcionado. Ya la casona no estaba. Había muchos pastizales y aproximadamente pudimos ver dónde había estado la edificación. Mi papá logró escapar y tenía dos alternativas. Ir hacia la ruta 226 o hacia las sierras y eligió las sierras. Más o menos el recorrido debe haber sido de unos 400 metros. El paisaje era medio de película. Totalmente distinto a lo que suele ser el típico escenario de la Pampa Húmeda. Hay como dos o tres cerros de una piedra gris. Y por ahí anduvo él esa mañana”, contó Matías Moreno, que al momento de la desaparición de su papá tenía un año y nueve meses. El informe planimétrico está a cargo de la Policía Científica Bonaerense a la que el juez Comparato pidió especial colaboración.

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