09/11/2008

Locales

PALPITAR COMUNAL: Un rector, muchos intereses

Por Guillermo Liggerini
Por éstos días, estas horas, la casta política ha focalizado su atención en lo que resulte de las elecciones en la Unicen, casa de altos estudios que, como nunca, resulta el semillero de los próximos dirigentes.
Literalmente el semillero, si se ventila sin tapujos las miserias que encierra el actual escenario. Hoy, como ayer, pareciera que poco y nada está en juego determinado perfil de conducción, convicciones o ideales. Más nada se debaten prebendas, dádivas por porciones de poder dentro del ámbito académico. Quien, a través de las negociaciones puede sacar mejor tajada en sus apetencias personales o para su determinada unidad académica. De lo contrario, no se entienden indecisiones a la hora de resolver su voto de cara a la asamblea que se viene. No es lo mismo Tassara que Spina, eso debiera estar más que claro.
En el medio, aunque al decir verdad por fuera, el lunghismo y el auzismo hacen de las suyas para colocar sus fichas en esta contienda con relativo disimulo.
Por más ingenuidad que se esgrima desde los candidatos, ambos son sabedores que detrás se juega mucho más que sus proyectos para con el rectorado. Claro que ninguno de los interesados demuestra mayor adhesión más allá de lo políticamente conveniente. Nadie quiere asumir el costo de una circunstancial derrota. Eso sí, de haber un triunfo para quien representa sus apetencias no se escatimará en fotos para la ocasión.

UN INGENIERO O
UN CONTADOR
Sobre la irrupción del lunghismo en los ánimos universitarios, se objeta que no reviste incidencia alguna en la comunidad universitaria. Se subraya que poco y nada puede inclinar determinado gesto a la hora de levantar una mano en la asamblea. Sin embargo, entonces para qué semejante exposición mediática en el último tiempo.
Tal vez les asista verdad aquellos que afirman que no inclinará la balanza una foto, una declaración a favor del actual rector. Pero tampoco es menor que al gobierno comunal le interesa y mucho que siga el ingeniero y no el contador.
No se trata de celebrar un triunfo de Spina, con quien en verdad sólo comparten una buena relación institucional. Lo que se festejaría sería quitarle un propicio escenario para que el auzismo mantenga un espacio para su expansión política.
Al veterinario le sirve y mucho que Tassara triunfe y así mantener un anclaje para bajar sus políticas de cara a su carrera política tan legítima como inocultable.

REBELDIAS INTERNAS
En lo que refiere al lunghismo, su preocupación y ocupación sobre lo que suceda en la casa de altos estudios mereció incluso algunos debates internos que trascendieron las paredes comiteriles de calle Mitre y se mudaron a Belgrano al 400.
Las miradas desconfiadas apuntaron especialmente a los radicales Carlos Nicolini y Jorge Renis, ambos más afines a la candidatura del ex decano de Económicas que para con la actual conducción universitaria. Se dice que el primero debió recibir las objeciones en el comité (básicamente preguntaron de qué lado estaba) ante su conocida distancia con el rector y candidato. El segundo debió soportar un cuasi interrogatorio en el propio despacho del jefe comunal.
Despejadas las dudas sobre cómo están jugando las piezas, todo ha quedado supeditado a la capacidad de Spina y Tassara para aglutinar la mayor cantidad de voluntades y avanzar en el tablero. Se cuentan los votos y se confía, aunque no se desestima las influencias externas. Se está en tiempo de descuento, la asamblea se aproxima y aún quedan sectores coqueteando con su definición. Ya no está en juego una determinada conducción con sus loables proyectos a cuestas. Está sobre la mesa un bastión de poder, y todos quieren quedarse con la partida.

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