No solo es materia de gestiones y preocupación el presente y futuro del archivo histórico comunal (ver página 6). Las actuales estructuras que conforman la vida interna del palacio comunal también cuentan con visibles cambios, a notarse en el corto y mediano plazo.
A saber, en la planta baja de la reliquia arquitectónica, donde se emplazan las oficinas de los respectivos funcionarios del Ejecutivo, han comenzado obras de reformas que van de la mano del nuevo organigrama que dispuso el oficialismo, una vez ganadas las elecciones y obtenida la mayoría.
En cuanto a la planta baja, cuando una buena parte de los funcionarios se ha tomado vacaciones, se ultiman trabajos de reforma, especialmente donde se ubica la oficina del actual jefe de gabinete y otrora secretario general, Carlos Fernández.
En dichas dependencias se está subdividiendo el espacio para ubicar la jefatura, la secretaría y subsecretaría de Gobierno, además de protocolo, para la comodidad de sus respectivos empleados.

EL CONCEJO SE VA
En el Concejo Deliberante, en tanto, no hay reformas, pero sí expectativas en torno a la posibilidad concreta de mudanza. Ya asumido como flamante presidente del cuerpo colegiado, Juan Pablo Frolik, dio indicios sobre sus intenciones de cambio, especialmente basado en preservar el edificio y dotar de mayor comodidad a los bloques políticos, hoy literalmente hacinados en altillos de madera que nada tienen que ver con la arquitectura del espacio.
En cuanto al lugar elegido, estaría prácticamente asegurado el alquiler de la casona donde funcionaria la vieja compañía de seguros El Centinela, de calle Pinto, frente a la plaza Independencia.
Allí, se pudo observar que el propietario viene realizando trabajos en su interior para ofrecérselo al municipio en alquiler, como previamente se ha conversado. De todas formas, desde el HCD se confió que hay otras alternativas edilicias a cotejar, aunque admitieron que a priori resultaría el lugar indicado para que los bloques se trasladen.
Se agregó, al respecto, que además de la limpieza se había comprometido instalar un sistema de calefacción, dado que la caldera que allí se utilizaba estaba en desuso por décadas.
El espíritu de la decisión viene de la mano con lo que en su oportunidad también Lunghi adelantó: la mudanza gradual de toda la estructura comunal hacia un nuevo edificio, dejando el palacio comunal como un patrimonio arquitectónico a disfrutar para otros eventos.
Tampoco resulta ajeno que ante cada manifestación popular y demanda social de la ciudadanía el municipio resulta el epicentro de destino, incluso hay antecedentes de demandantes que provocaron algún que otro destrozo, más allá del escrache político que implica una movida de dichas características.
Cabe consignar que en lo que respecta al HCD, sí se seguirá utilizando el recinto para las respectivas sesiones.