Alrededor de 200 micro-emprendedores asistieron esta semana a un encuentro convocado por la Secretaría de Desarrollo Local, con el objeto de promover las herramientas del Programa Municipal de Fomento de las Microempresas (PROMICRO). El acto fue encabezado por el intendente Miguel Angel Lunghi junto al secretario de Desarrollo Local, Pedro Espondaburu.
Al abrir el acto, que se llevó a cabo en el Teatro del Fuerte, el jefe de gobierno dijo que “en todo proceso de Desarrollo Local la mejor política de integración social es fomentar el trabajo y el empleo productivo, y en ese contexto, el fomento de las microempresas es un aspecto central de cualquier iniciativa de promoción económica que se instrumente desde el gobierno”.
Luego, Espondaburu desarrolló una presentación multimedia en la que exhibió los programas y herramientas de fomento que el Municipio de Tandil pone a disposición de este sector de la economía.
Pero, cuando se habla de micro-empresas, no siempre queda claro que tipo de emprendimientos engloba la definición.

¿QUÉ ES UNA MICROEMPRESA?
El funcionario enumeró sus características principales: “La facturación anual no supera los $120.000 ($200.000 para emprendimientos apícolas o de software); el activo fijo sin contar inmuebles y rodados es igual o menor a $150.000 (en el caso del sector apícola y de software se eleva hasta $250.000) y las personas involucradas en la microempresa no deben ser más de 15”.
Entre las características de este tipo de pequeños núcleos productivos se destacan “las altas tasas de natalidad y mortalidad en los primeros años de vida y posibilidades muy bajas de acceder a financiamiento que no provenga de ahorros propios, para comenzar la actividad o para aumentar su producción”.
Además, los bajos volúmenes de compras a proveedores y ventas a clientes eleva los precios de esas transacciones haciendo menos competitivas a las microempresas.
Esto, sumado a una cierta cultura individualista y a la dificultad de acceder a capacitación permanente, deriva en alta informalidad tributaria, sanitaria y laboral; escaso conocimiento de técnicas de gestión empresaria y dificultades para formalizar actividades y completar trámites.
El secretario explicó que estas cuestiones configuran “dificultades serias para acceder al mercado y consolidarse, por lo tanto se impone la necesidad de asistencia del Estado”.

PROMICRO
Para quienes cumplen estas condiciones, el PROMICRO brinda algunos beneficios importantes, entre los que se destacan la promoción de acceso a beneficios nacionales provinciales y municipales.
Para poner en marcha esa batería de beneficios, el programa parte de la generación de un registro local de microempresarios que funciona como registro único de beneficiarios de los diversos programas de apoyo al sector.
En el plano de los beneficios, los microempresarios acceden a la Ventanilla Única Municipal, que funciona a través de personal estable de la Secretaría de Desarrollo Local especialmente preparado para este tipo de asistencias.
“Con esta ventanilla reducimos el tiempo de trámites y los centralizamos, para que los beneficiarios no tengan que deambular de un lado a otro”, dijo Espondaburu.
El PROMICRO también comprende un régimen específico de habilitaciones
municipales, cuya implementación reduce los costos de habilitación a la mitad; también contempla la posibilidad de exención del pago de la Tasa a la Actividad Económica por un período de hasta 12 meses.
Y para el caso de la inscripción de alimentos, se encuentra vigente la promoción en el pago de aranceles de análisis en la Dirección de Bromatología y la inscripción en el Registro Provincial de Microempresas.
Asimismo, “implementamos el pago de aranceles hasta en 48 cuotas para inscribir alimentos, con una cuota mínima de $30 por mes. Y a partir de ahora, damos asistencia en el trámite de exención del impuesto a los ingresos brutos conforme a los términos de la ley 13.136”, detalló el funcionario.
En otro orden, explicó que “llevamos adelante la inscripción al Registro Nacional de
Efectores en Desarrollo Local y Economía Social, que se conoce como Monotributo Social; esto permite inscribirse en la AFIP y poder facturar pagando solo $37 mensuales con obra social, y en la misma se puede incluir a otros integrantes de la familia pagando $23 pesos más por cada uno. Tandil fue uno de los primeros municipios del país que promovió este beneficio en noviembre de 2004 y ya hemos tramitado la inscripción de más de 200 personas”.
Finalmente, dijo que se siguen consolidando las instancias de formación de emprendedores a través del programa PUEDA, desarrollado junto al Instituto Superior de Formación Técnica Nº 75. Esos cursos versan sobre costos, asociatividad empresaria, marketing y toma de decisiones en contextos de inflación.
La capacitación se complementa con financiamiento, dentro de las posibilidades del Municipio, a través de la Banca Social y otras líneas que, en la escala de las microempresas, son de importante ayuda para desarrollar el plan de negocios, apuntalar el inicio de las actividades o dar un salto cualitativo en el contexto de una empresa ya instalada.