28/04/2008

Espectáculos y sociales

Chito Rodríguez, cantante estelar con los músicos Ferraggine y del Miguel

A partir de este lunes -28 de abril- el Casino de Tandil, en el marco de su propuesta de generar actividades culturales y sociales para la comunidad, dará comienzo a los “Lunes especiales” con mucho glamour y alguna reminiscencia de Café concert.
Para el primer encuentro ha sido convocado el emblemático cantante de boleros tandilense Eduardo “Chito” Rodríguez a los efectos de interpretar musicalmente y con su voz especialísima, boleros y temas románticos de todos los tiempos.
Pero la idea es que además haya momentos en que el público pueda hacer acotaciones de aquellos años en que Chito cantaba en las históricas confiterías “Rex” y “Norma”, cuya sola mención provoca emociones a raudales en el corazón y la piel de miles de tandilenses.
De este modo, la gente tendrá la oportunidad de intercambiar impresiones con los músicos invitados. Surgirán recuerdos, apelando a la nostalgia, a la belleza, al amor, pero fundamentalmente a la historia simple y a las anécdotas.

ACOMPAÑAN DOS GRANDES DE LA MUSICA
Es de hacer notar que junto con Chito Rodríguez estarán los destacados músicos lugareños Mario del Miguel, que recientemente regresó de España para quedarse definitivamente en su pago chico, y el eximio tecladista Mario Ferraggine.
Después de haber “roto corazones” con su canto impecable durante un par de décadas, Eduardo “Chito” Rodríguez dejó los escenarios por mucho tiempo, hasta que sus amigos lo convencieron de que estaba en plenas condiciones de volver a hacerlo. Esto ocurrió hace poco más de un lustro atrás. Y hoy es una de las voces más escuchadas y esperadas de la ciudad.
Comenzó cantando desde muy chico y siendo pequeño, empezó a estudiar guitarra con el gran maestro Juan Nielsen. Casi simultáneamente se inició en el canto con don Isaías Orbe.
Se presentó en los principales lugares de Tandil, estuvo durante algunos años cantando en Buenos Aires y recorrió toda la provincia.
Admira entre los compositores de canciones melódicas, al mexicano Agustín Lara y a Mario Clavell porque “sus grandes éxitos vienen desde muy lejos y todavía perduran”.
Por los años cincuenta y sesenta, hacía las delicias de las muchachas cantando boleros en distintos sitios, siendo las confiterías Rex y Norma dos de los escenarios más recordados por la gente. Tiempos en que los muchachitos de entonces escuchaban y bailaban esos temas y “lo único que tenía que hacer era mirar a la chica y mirar al cantor, que le estaba diciendo lo que él quería decirle”, como acertadamente sintetiza.
Chito nació en Rodríguez esquina Machado, en una barraca que tenía su padre junto con otros socios. El murió joven, se mudaron y concurrió a la escuela 2, cuando todavía estaba en Garibaldi al 800.
La primera canción que cantó se llamaba Los Gitanitos y la siguiente En un bosque de la China, que son clásicos que estaban de moda. Fue en la escuela.
En su juventud estudió canto en Buenos Aires, cuando vivió allí entre 1956 y 1959. Cantó en la cantina Buono y aprovechaba para estudiar con un maestro de apellido Tagliavini, que era barítono del Teatro Colón.
En Tandil empezó a cantar boleros en el Club Ferrocarril Sud, con la jazz Santa Rita dirigida por Luis Arano.
Confiesa que le fue muy bien en la confitería Rex, en tiempos en los que había mucho trabajo para los músicos. Estuvieron ahí cinco años con la jazz de Donvito, con dos funciones todos los días. Antes en El Trébol, de igual manera. Y fueron muy exitosas las jornadas de los altos de la Confitería Norma.

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