Desde la Asociación Tandilense de Medicina General y Familiar, la doctora Sandra Fraifer, aseguró que no existe una vacuna que sirva para prevenir totalmente el cáncer de útero. En tal sentido, reiteró que actualmente está demostrado que el papanicolaou es la única medida que disminuye la mortalidad que produce dicha enfermedad.
En diálogo con LA VOZ, la profesional sostuvo: “Desde Tandil, adherimos al comunicado de la Federación Argentina de Medicina Familiar y General que alerta a la población sobre la campaña publicitaria contra el virus del papilona humano (HPV), que se promociona como la vacuna contra el cáncer del cuello de útero porque únicamente ataca a una de las causas de dicha enfermedad. Por eso, nosotros como entidad que está del lado de la población queremos advertir que dicha propaganda, cómo mínimo, no es clara”.
Según explicó la entrevistada, en las últimas semanas una campaña publicitaria que exhorta a las mujeres a vacunarse para evitar el cáncer de cuello uterino y no menciona el test de papanicolaou como recurso preventivo.
La vacuna que se difunde en los distintos medios tiene un alto costo ya que cada dosis(son tres) cuesta entre 400 y 926 pesos, y además, no integra el calendario oficial de vacunación. La doctora Sandra Fraifer, reiteró que hasta el momento la medida de prevención más efectiva es el “pap” y que “nada lo invalida”.
La profesional reiteró que Federación Argentina de Medicina Familiar y General desea alertar a la población sobre los peligros que acarrea dicha publicidad.
De acuerdo a las evidencias científicas y los principios de la ética profesional se aclara que “la vacuna contra el HPV ha demostrado ser efectiva para evitar lesiones relacionadas con el virus solo en mujeres que no hayan iniciado relaciones sexuales, pero se desconoce su efecto en la aparición y mortalidad por cáncer de cuello uterino, ni su protección y seguridad a mediano y largo plazo”.
Tal lo mencionado anteriormente “la realización del test de papanicolaou anualmente es la única medida que hasta el momento ha demostrado disminuir entre un 20 y un 60 % la mortalidad por cáncer de cuello uterino”.
Con respecto a la vacuna que se da a publicidad, se indica que “sólo cubriría un 65 % de los Virus del Papiloma Humano (HPV) relacionados con las neoplasias de cuello uterino en Latinoamérica y el Caribe”.
Además, la vacunación ha sido financiada por el Estado Nacional en 15 países desarrollados, al menos parcialmente, pero podría ser impagable y fuera de las prioridades sanitarias en países en vías de desarrollo como la Argentina. Deberían realizarse en Argentina estudios de costo-efectividad y de impacto presupuestario antes de implementar estrategias preventivas masivas, se indico desde la Federación Argentina de Medicina Familiar y General. Por eso, en el caso del cáncer del cuello de útero cualquier medida debería integrarse claramente con programas de detección temprana, siendo el papanicolaou la prueba de elección.
Se recomienda que “las mujeres que decidan recibir la vacuna, sigan realizándose periódicamente un test de papanicolaou, dado que la vacuna, por lo conocido hasta la fecha, no le garantiza una protección total contra el cáncer del cuello uterino”.