10/11/2008

Espectáculos y sociales

Facetas de la historia musical de Argentina contuvo la charla de Pola Suárez Urtubey

El sábado por la noche, en el sótano de la Biblioteca Rivadavia se vivió un clima no corriente: suave iluminación que trazaba en sus paredes sombras de una arquería renacentista, tres esculturas y la bandera argentina iluminadas a medias, un público silencioso y ávido, discretos toques florales, y una mujer que exhibía con sencillez espartana facetas de su vida consagrada y “tocada” por la música. Así se encendió una noche cálida y acogedora, en cuyo transcurrir, Pola Suárez Urtubey desgranó recuerdos y puntualizaciones de su andar como investigadora y como periodista bajo el sugerente pero recatado título de “Escribir la música”.
Aventura inabarcable la de reconstruir con palabras impresas, ese clima. Lo gozaron con placidez los que colmaron sus espacios (Tuvieron que reponer reiteradas veces los asientos para los concurrentes que seguían llegando, debido a la rigurosa puntualidad con que empezó el acto: 9 de la noche) y enseguida, el grato fluir como agua de manantial de facetas de una intensa existencia de trabajo para que legos y sabios disfrutaren por igual los avatares de saltar de las estremecidas vivencias de un Ginastera sumergido en el silencio de las pampas, a la erudición de un Groussac empecinado en que Buenos Aires fuera para América lo que París era para Europa; la visión premonitoria de Rivadavia poniendo en la Aldea porteña de 1825, una ópera de Rossini, o Sarmiento enarbolando a la Música como uno de los instrumentos dilectos de la educación popular de la que fue su numen.
La expositora llevó a sus escuchas, primero por los arduos caminos de la investigación en las fuentes documentarias (no en el refritar lo que otros ya han dicho o escrito) que deben sopesarse, medir su autenticidad y su veracidad. De ese afán agotador, nacieron obras como los dos trabajos sobre Ginastera, los Antecedentes de la Musicología en la Argentina (que como tesis le valió su doctorado en la UCA), o el de la creación musical en los hombres de la generación de 1880, por el que le otorgaron en Estados Unidos el primer premio a un concurso internacional; o su muy didáctica Historia de la Música, de varias ediciones agotadas.
Luego le tocó el turno a la tarea que la hizo una de las figuras más conocidas en el mundo musical: el de la crítica y la historia proyectada desde el periodismo, especialmente en el diario La Nación, de que hace muchos años es columnista.
Acotaciones risueñas o amables, respuestas precisas y oportunas a las ávidas preguntas del público que la siguió atentamente, coronaron este nuevo acto de homenaje a la Biblioteca Rivadavia en su centenario, esta vez auspiciado y organizado por el Colegio de la Escribanos de la provincia, a través de su Delegación Tandil.

COMPARTE TU OPINION | DEJANOS UN COMENTARIO

Los comentarios publicados son de exclusiva responsabilidad de sus autores y las consecuencias derivadas de ellos pueden ser pasibles de sanciones legales.

Subscribite para recibir todas nuestras novedades

data fiscal  © 2024 | La Voz de Tandil | Florencio Aldrey