12/07/2009

Locales

César Villarruel "En el boxeo la mayoría somos ignorantes"

Hace poco tiempo cumplió 31 años de casado con Liliana Victoria, su esposa, con la cual formaron una hermosa familia. De ese amor, nacieron César Fernando, que hoy tiene 30 años, y César Damián que es el menor de los hijos del matrimonio. Ellos, aunque no lo practiquen, tienen la misma pasión que su padre por el boxeo.
La historia es muy extensa y el propietario de la misma es César Alfredo Villarruel. Una de las glorias del boxeo tandilense que supo llenar cada escenario en el cual se presentó para combatir ante distintos exponentes. El mismo que, en dos ocasiones, no pudo pelear ante Sergio Víctor Palma como consecuencia que éste último, por motivos que jamás se conocerán, se excusó de sendas contiendas.
Dueño de una gran condición física que le permitía aguantar hasta el final en cada presentación. Objetivo como pocos, hasta él mismo se definía como un deportista que no tenía la técnica necesaria, pero que lo suplía a ese defecto con la garra y sacrificio que ponía cada vez que subía al cuadrilátero.
Cuando tenía tan solo 18 años se inclinó de lleno a este deporte. Su temperamento le permitió hacer una gran campaña y hoy es una de las personas más queridas en su barrio de Villa Aguirre.
Su carrera como boxeador comenzó en los barriales de 1973 "José I. Rucci" que se desarrollaron en el club Defensa Tandil. En su primer combate enfrentó y venció por nocaut a, quien luego sería su cuñado, Félix Molina y también se quedaría con el torneo en la categoría gallo.
Como amateur realizó 26 peleas y decidió pasarse al plano rentado, donde debutó el 18 de febrero de 1976 con Carlos Silva. Empató y luego lo vencería en un par de ocasiones. Con mucha amabilidad aceptó la invitación de LA VOZ para repasar su trayectoria en el mágico mundo de los guantes.
"Empecé con el boxeo en la década del ´70. El motivo era que tenía un tiempo para prepararme para un festival amateur que se iba a desarrollar y comencé a practicar este deporte y realmente fue algo que me apasionó", sostuvo en el inicio de la entrevista César Villarruel.
- ¿Contaba con alguien del entorno familiar que practicara esta actividad?
- Con mi padre siempre hacíamos guantes, desde que era muy chico. Cuando tenía cuatro años y después que mi viejo llegaba del trabajo nos poníamos a practicar un poco. Posteriormente, cuando comencé a trabajar con la venta de diarios en el Hipódromo, conocí una persona que me acercó de lleno al boxeo. Una vez que culminaba con mi trabajo me llevaban para hacer un poco de guantes con distintos boxeadores.
- ¿Qué recuerdos le quedaron de aquellos momentos en donde comenzaba a insertarse en el mundo del boxeo?
- Eran otras épocas. Cada uno, por sobre todas las cosas, tenía que hacerle casos a los mayores. Antes, cuando hacías algo mal, tal vez te retaban, en cambio hoy da todo lo mismo. Se vivían situaciones totalmente diferentes, pero igualmente me quedan recuerdos muy lindos de mis inicios en este deporte.
- ¿ Porque se que acercaba la gente a este deporte en aquella época?
- En mi caso era la necesidad que había por poder sumarme a un deporte y era la forma de pelearle a la vida ya que era de una familia muy pobre. Quizás no se pensaba en esos momentos, pero yo trataba a partir del boxeo de poder vivir un poco mejor. Este era mi caso particular y el resto de la gente creo que se sumaba por la vocación de poder realizar alguna actividad.
- ¿Qué fue lo mejor que le dio el boxeo?
- Sin lugar a dudas lo mejor que me dio el boxeo fue la familia que logré formar. Gracias a este deporte, tengo la familia que agradezco tener. Además el boxeo me permitió ser una persona muy conocida en la ciudad, como consecuencia de haber practicado este deporte. También, por mi personalidad, siempre supe imponer mi conducta que, no se si será la correcta, fue una línea que pude tener a lo largo de toda mi vida. Pude lograr lo que siempre me propuse y creo que cuando ya no esté se podrá hablar bien de Villarruel.
- ¿Cómo se podría definir como boxeador?
- Es simple porque me tuve muchas oportunidades, en las que me fue bien y mal. La vida como boxeador no fue todo un lujo, al contrario fue ir y pelearme contra el mundo entero. En Tandil llenaba los estadios, pero tenía gente a favor y otros que iban para gritar en contra. Igualmente creo que impuse el pensamiento mío y eso es más importante que las condiciones que podía tener. Siempre trataba de no recibir mucho debido a que como boxeador era malo, pero me salvó el gran estado físico que tuve.
- ¿Cuáles eran sus principales cualidades arriba del cuadrilátero?
- No tenía mayormente técnica, fui aprendiendo con el tiempo. De las mañas de los demás, vas tomando distintos conocimientos. Los años arriba de un ring te dan muchas posibilidades de perfeccionarte. Lo mío siempre fue ir y recibir, pero aprendí mucho y creo que en el final de mi carrera peleaba veinte veces mejor que en mis comienzos, aunque las ganas no eran las mismas.
- ¿La vocación fue una de las claves en su carrera?
- Las cosas que hago son al máximo, tratando de aprender siempre. En todo momento lo cuento pero la vida del boxeador es muy corta, son quince años y hay que vivir para ser boxeador. Es muy difícil, pero no es imposible debido a que es algo muy lindo y cuando uno tiene la vocación suficiente lo puede lograr.
- ¿Qué cosas fue aprendiendo arriba del ring?
- Con el tiempo me fui dando cuenta de cosas. Al principio pensaba que el rival se tenía que caer como sea. Trataba de pegar lo necesario para que el adversario fuera a la lona, pero con la experiencia me di cuenta que había que manejar los combates de otra manera. Son cosas que uno las aprende a medida que suma combates y entrenamientos.
- ¿Quiénes fueron sus grandes referentes en el boxeo?
- Cuando era chico escuchaba las peleas por radio e iba aprendiendo muchas cosas de los distintos exponentes que había en aquella época. Hubo grandes púgiles que tenían cualidades como las mías y yo trataba de copiar de ellos para poder mejorar.
- ¿Sirvió la experiencia a la hora del retiro?
- Es difícil explicarlo porque las necesidades son distintas y antes había menos cantidad de boxeadores ya que se podía vivir del trabajo. La gente ahora va al gimnasio a entrenar un rato, pero no tiene la vocación que existía antes. Trato de expresarles mis conocimientos a los jóvenes, pero ellos no tienen las mismas ganas de entrenar que tenía la camada de mi época. Ahora no entrenan como se debe. Nosotros en la Universidad Barrial damos este deporte para intentar sacar al chico de la calle y allí me gusta brindarle las cosas que aprendí para que ellos en un futuro las puedan aplicar arriba de un ring.


DEBEN DARSE CUENTA QUE SE DEBE ENTRENAR TODOS LOS DIAS
La realidad del boxeo en el plano local es muy auspiciosa ya que está creciendo a pasos agigantados. En el ámbito nacional la historia es parecida aunque no tiene grandes exponentes como lo tuvo en el pasado.
El perfil de Villarruel permite no solamente desarrollar los conceptos vinculados a Tandil sino que también se puede conversar sobre las políticas que se usan para este deporte en el país.
Además algo que lo halaga al ex boxeador es la pasión que tienen sus hijos con esta actividad ya que desde hace un tiempo se encuentran cooperando con la Comisión Municipal de Box.
Hoy con 55 años sobre sus espaldas y pese a que tiene trabajo efectivo en la Universidad Barrial Villa Aguirre gracias a Néstor Auza, se lo puede ver con el pico y la pala haciendo pozos entre las sierras o paleando cereal para seguir adelantando y darse los gustos en vida.
"No miro demasiado boxeo realmente y me informo muy poco. Igualmente mis hijos están vinculados en este deporte en el orden local y trato de ver lo que hacen; a veces voy a ver alguna velada pero no soy un amante de ir a los festivales", sostuvo el ex campeón sudamericano.
- ¿El país tiene los recursos para volver a posicionar a este deporte como lo fue tiempo atrás?
- No tenemos como para sobresalir, pero igualmente tenemos buen material humano. Hoy los chicos no tienen respeto por nada y es muy complicado armar algo positivo. En este deporte lamentablemente jamás hay un chico con estudios, porque sino no se haría golpear. En el boxeo, la mayoría, somos ignorantes. En otras disciplinas los jóvenes son de clase media hacia arriba; en el fútbol la escala social es bastante parecida a la del box. Los boxeadores van al mango y con plata hacen cualquier cosa. Esta actividad tendría que ser sagrada, sino no llegás.
- ¿Los deportistas no tienen esa concepción para poder triunfar?
- Para mí no. Acá deben darse cuenta de que hay que entrenar todos los días y no cuando uno tiene ganas. Si eso no se logra cambiar va a ser muy difícil que puedan salir nuevos talentos en esta actividad.
- ¿La fama al boxeador dicen que lo llevan a cometer ciertos vicios es tan así la historia?
- El boxeo en muchas ocasiones te va llevando a tener ciertos vicios que después no sirven. Además ahora los chicos no están tan preparados y antes había una palabra que se respetaba. En la actualidad prometen algo y después salen con otras cosas.
- ¿Sus hijos llevan en la sangre la pasión por el boxeo, me imagino que para usted como padre será una gran alegría?
- Me pone muy feliz y en nuestra casa vivimos viendo deporte en todo momento, desde mi esposa hasta los chicos. En todo momento vemos cualquier disciplina y mis hijos fueron adquiriendo también esos gustos. Trato de no meterme y me gusta verlos preocupados por las cosas que están haciendo.
- ¿Qué le gustaría brindarle al boxeo local?
- Tengo un carácter muy especial y llegar a andar bien conmigo es bastante difícil. Prefiero ir y mirar, ayudando a mis hijos que son fanáticos del boxeo. Cuando me dijeron que iban a meterse en la comisión de box los apoye y le dije que tomarán las precauciones del caso.


EL BOXEO EN LA CIUDAD TIENE ALGUNAS PERSONAS QUE QUIEREN HACER LAS COSAS BIEN
César Villarruel no dejó ningún tema sin analizar en la entrevista con LA VOZ. Su rol como formador de boxeadores y otras cuestiones que tiene que ver con este deporte fueron analizadas desde su óptica.
En nuestra ciudad es uno de los grandes referentes que tiene este deporte y desde hace algunos años se encuentra trabajando en la Universidad Barrial con sede en Villa Aguirre. Es uno de los seres más queridos en la barriada que constantemente le muestra su afecto.
El 14 de febrero de 1981 el club Independiente fue testigo de la noche más importante del boxeo tandilense. Dos mil personas colmaron el gimnasio de la avenida Avellaneda y al grito de "Dale Campeón" acompañaron la emotiva y vibrante pelea que le dio a César el cetro sudamericano de los supergallos tras vencer por puntos en 12 rounds a Danilo Batista.
Esa fue sin lugar a dudas la noche más importante para el pugilismo tandilense, un hombre de estas tierras era el monarca continental y todos querían estar junto a él, los amigos de siempre y los oportunistas, "lo importante era estar cerca del campeón".
"Es muy diferente la realidad del boxeo actual al momento en que me tenía a mí boxeando debido a que se viven situaciones diferentes y las personas tienen otros objetivos y toman al deporte como una alternativa para hacer algo", explicó César Villarruel.
- ¿Su paso como entrenador fue el que usted esperaba?
- Nunca he sido entrenador debido a que no es necesario. Mis condiciones como entrenador me harían ser muy drástico en cuanto a los conceptos. Hoy veo que los chicos no tienen las ganas que nosotros teníamos antes y por eso no podría ser entrenador.
- ¿Por qué los jóvenes ahora no tienen la misma pasión que los boxeadores del pasado?
- Antes nos sacábamos el gusto de pelear arriba del ring aunque nos derrotaran. Hoy veo que no tienen ese fuego sagrado ya que preparan un combate con un mes de anticipación y eso realmente no sirve para nada.
- ¿cuáles son los motivos de esta situación?
- La verdad que es muy difícil encontrar los motivos que llevaron a esto. Viví muchas etapas en este deporte pero en estos momentos hay muchas situaciones extrañas. Ojalá que en algún momento cambie la historia para el beneficio de todos los chicos que están comenzando a practicar esta disciplina.
- ¿Está conforme con el presente del boxeo local?
- El boxeo en la ciudad tiene algunas personas que quieren hacer las cosas bien y por ahora todo marcha bajo control. A mí me gustaría que se vean los resultados, es decir ver que surjan jóvenes que vayan progresando debido a que hay chicos que vienen muy entonados. El boxeador la tiene que luchar de abajo y generalmente el deportista es muy complejo debido a que si le das todo se creen que son Gardel y no han salido de la cáscara del huevo.
- ¿En nuestra ciudad hay deportistas que están muy convencidos de su potencial?
- En estos momentos está pasando que hay chicos que pueden llegar a andar bien pero le falta siempre algo. Necesitamos que en algún momento puedan estar en el ranking argentino y tal vez hoy llegan con cuatro o cinco peleas; en cambio en el pasado se necesitaban más de veinte combates para figurar en el ámbito nacional. Es muy complicado realmente el tema del boxeo.

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