27/08/2008

Locales

En noviembre comienza el juicio por el caso Sotes

Se confirmó que el juicio oral y público contra Juan Andrés Yeffal (imputado por apremios) y Reynaldo Fernández (a quien se le endilgan apremios y vejaciones), en perjuicio de Rolando Ariel Sotes, quién falleció en la Seccional Segunda a principios de 2005 se pondrá en marcha entre el 10 y el 11 de noviembre.
El doctor Carlos Alberto Pocorena, titular del Juzgado Correccional Nº 1, tendrá en sus manos hacer Justicia en torno a la presunta responsabilidad de los policías Yeffal y Reynaldo Fernández.
El hecho
Rolando Ariel Sotes (26) apareció ahorcado el 26 de enero de 2005 en una celda “castigo” de la comisaría Segunda de Tandil. El informe de los médicos forenses habló de un suicidio, sospecha que además fue apoyada con la declaración de doce policías. Pero de esos efectivos, al menos nueve “no habrían estado en la seccional el día del hecho”, indicó en su momento el abogado de la familia, Manuel Marañón.
Con esos elementos, y sin tener en cuenta el testimonio de otros detenidos, que en su oportunidad denunciaron que Sotes había sido víctima de maltratos por parte del personal de la mencionada seccional, y varias denuncias por amenazas, el fiscal Gustavo Morey pidió que la causa sea archivada. En su resolución, adujo que “no” existían fundamentos “para sostener una hipótesis delictiva”.
En oportunidad del reclamo, Marañón puso en duda el informe médico forense, al entender que “el surco de ahorcamiento en el cuello de Sotes no se condice” con el elemento que éste supuestamente usó para quitarse la vida, y destacó que el mismo carece de objetividad ya que fue realizado por peritos de la policía. Posteriormente la causa fue reabierta y siguieron cumpliéndose diferentes diligencias, que ahora desembocan en la realización del juicio oral.
Sotes fue detenido el 29 de diciembre de 2004 tras una breve persecución que se inició en un improvisado control policial montado ante la sospecha de que la víctima transportaba droga en un auto. En el vehículo, además de Sotes, viajaban su mamá y un amigo, identificado como Lucas Eduardo Luna. El joven, que conducía el coche, esquivó el control pero en las afueras de Azul fue finalmente demorado, al igual que los otros dos ocupantes.
Como en el auto no encontraron nada, la madre del chico y Luna fueron procesados en una causa por “desobediencia” pero puestos en libertad a las pocas horas, por tratarse de un delito excarcelable. Sotes, en cambio, quedó detenido por poseer antecedentes por “lesiones leves, daño y resistencia a la autoridad”. A pesar de los reiterados pedidos de excarcelación y de habeas corpus, el juez de Garantías de Azul, Omar Rocca, avaló su detención. Por intermedio de cartas que entregó a sus familiares, la víctima denunció maltratos y amenazas por parte del personal policial interviniente. El 17 de enero fue trasladado a Tandil. Pero no encontró la tranquilidad que buscaba. Una semana después, aparecería muerto.

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