Dentro del complejo entramado que comprende la inseguridad en Tandil y la zona, con partes policiales que más tarde o más temprano terminan oficializando una estadística creciente, se suceden cada vez más hechos de violencia entre jóvenes, especialmente durante los fines de semana, una vez salidos de los distintos esparcimientos nocturnos.
Las cifras, dicen las propias autoridades, no dejan de sorprender, siendo que cada vez se repiten con mayor frecuencia, dejando saldos graves, con lesionados de los propios protagonistas como aquellos que intentan intervenir, léase uniformados.
El resumen del informe policial dominical así lo refleja con nitidez. Tandil y sus ciudades que componen la Jefatura Departamental está signado por hechos de estas características que con el paso de las horas pasan a mejor recuerdo, a no ser por aquellos que debieron formar parte de esos serios incidentes.
“Lesiones, atentado y resistencia a la autoridad” recurrentemente califica uno de los tantos expedientes contravencionales conformados por los efectivos. Uno de ellos en la mañana de ayer, cuando en la estación de servicio Gnc Alpamar, dos jóvenes fueron aprehendidos cuando se encontraban protagonizando una feroz riña. Al llegar la policía para intervenir, disolvieron sus disputas para tomárselas con los propios policías, quienes terminaron con lesiones varias.

EN LA ZONA
Otro de los sucesos se registró en la vecina localidad de Juárez, por “Desobediencia. Lesiones”. Según reza el parte oficial, un efectivo policial se encontraba en apoyo del personal de la Dirección de Tránsito, quienes realizaban un operativo de interceptación selectiva en la zona céntrica.
Un motociclista, sin casco y a alta velocidad, intentó evita el control, pero los inspectores lograron pararlo, para luego recibir una andanada de insultos. El policía intervino y no hizo más que recibir nuevos agravios, esta vez acompañados con golpes, lo que terminan con provocarle lesiones varias.
Horas más tarde, se confeccionaría otro sumario por “Atentado a la autoridad, amenazas y lesiones”.
Según reza el parte, un móvil con sus policías se encontraban detenidos en una esquina a la espera de la señal del semáforo, cuando a la par se detiene un auto que minutos antes había sido interceptado por control vehicular.
Sin causa justificada, entonces, mientras uno de los policías permanecía sentado en el interior del móvil, lo sorprendieron y uno de los ocupantes de aquel rodado arremetió con golpes de puño, para luego amenazarlo y así luego darse a la fuga en el rodado. Examinado el médico policial, dictaminó contusión inflamatoria que abarca ojo y órbita izquierdo, lesiones de carácter leve.
Otra de estas historias se repitió con un par de menores de 17 y 16 años, quienes fueron aprehendidos cuando ocasionaban disturbios en una esquina de las calles de la localidad. Una vez retenidos en la oficina de guardia de esa estación comunal, comenzaron a proferir insultos y amenazas a efectivos, a la vez de tratar de agredir físicamente. Finalmente fueron calmados a la llegada de sus progenitores, quienes los trasladaron a sus respectivos hogares.
El parte remitido desde Ayacucho no dista de la realidad hasta aquí descripta. Alrededor de las 6 de ayer, la policía se acercó a un local nocturno y observó como tres sujetos querían ingresar cuando el personal de seguridad lo impedía, siendo que tenían prohibido su acceso por antecedentes violentos en el mismo comercio.
Los uniformados intercedieron y uno de ellos terminó siendo agredido, hasta que lograron maniatar al violento, pero luego ingresó a la escena el hermano quien también comienza una andanada de golpes para con los policías. Una vez ingresado también al móvil comenzó a golpear el patrullero hasta que una de las patadas hace estallar el parabrisas y con ello hiere a uno de los policías.
Ambos aprehendidos fueron revisados por el médico policial y a disposición de la justicia, quien le otorgó la libertad acorde a lo normado en el artículo 161 del Código de Procedimiento Penal.