En poco tiempo cumplirá 55 años con la música. Sus comienzos fueron de muy pequeño, a partir de las enseñanzas que le fueron brindando su padre y sus dos hermanos mayores. Lentamente se fue insertando en esta pasión que luego terminó siendo su método de vida.
“Tatán” Corrado vivió hasta la adolescencia en el campo, ya que estuvo mucho tiempo en el paraje 43 y en estación Fultón. A los 17 años le llegó el turno de instalarse en Tandil, ciudad de la cual nunca más se volvería a apartar.
Su sobrenombre se lo puso Reyes Davila que fue la persona que lo ayudó en las primeras giras que hizo el tandilense por la zona. Su acordeón ha sido su compañero inseparable y, en el principio uso uno que fue propiedad de su hermano, quien luego se lo regaló a Rogelio Bernabé, para que éste empezara a transitar una carrera muy exitosa.
En el 2000 grabó su primer disco, junto a Miguel Ferragine, con quien realizó su último trabajo el año pasado. Mientras que en 2004, en compañía de una orquesta de Azul, compuso un material que le trajo muchas alegrías.
El músico continua viviendo en Villa Aguirre y todos los sábados, de 16 a 18, realiza un programa radial en FM 93.1, Radio Mágica, que se llama “A puro Tatán” y se encarga de exponer toda la música que realiza como otras cuestiones ligadas a la actividad.
Además continúa realizando giras por la zona y en nuestra ciudad da recitales constantemente ya que cuenta con muchos adeptos de la música que compone. También está diagramando un homenaje a Tomás “Mayo” Gogorza que ha sido una persona que lo ayudó mucho en su crecimiento como profesional.
Generalmente sus mañanas y tardes son muy tranquilas debido a que por las noches es cuando trabaja y se encarga de realizar distintos espectáculos. Su vida es muy particular, como la de cualquier artista, aunque su acordeón le pone una cuota distinta a cada evento en el cual se presenta.
Es una jornada fría, la lluvia ha cesado por un momento en Tandil, Tatán Corrado llega a la redacción de LA VOZ para hablar de su vida. Con la música como tema principal pero sin dejar de comentar las distintas experiencias que afrontó, el tandilense no dejó ningún tema sin conversar.
“Arranqué a los 13 años después de la pasión que tomé de mi padre y mis hermanos. Ellos tenían mucha pasión por la música. Cuando me instalé en la ciudad, hace más de cincuenta años, comencé a animar algunos festivales y el trabajo empezó a crecer”, explicó sobre sus inicios Tatán Corrado.
- ¿Cuáles fueron los motivos que lo volcaron hacia el acordeón?
- Mi padre, que era italiano, tocaba el acordeón y mis hermanos también tenían esa misma pasión. Por intermedio de ellos comencé con la admiración hacía la “verdulera” y de a poco me fui perfeccionando en esta cuestión. La verdad que con el tiempo se me fue despertando la inquietud, debido que desde que iba a la escuela ya me gustaba cantar y tocaba la guitarra.
- En su época escolar, ¿ya participaba de los actos actuando o cantando?
- Siempre cantaba y tenía la vestimenta de gaucho. En todo momento estaba predispuesto a la actuación y ya me desempeñaba en las zambas o milongas. A los 11 años mi hermano me terminó de convencer ya que él tenía un acordeón que lo guardaba bajo llave pero yo cuando podía se lo sacaba para usarlo.
- ¿En cuánto influyó el acompañamiento que tuvo por parte de su familia para irse formando como artista?
- Mi hermano me dio la oportunidad de tocar junto a él en las tertulias que se hacían en Fulton. Tuve la fortuna que siempre me dio un apoyo constante para poder ir creciendo en esta profesión.
- ¿Qué otras personas lo ayudaron para que pudiera continuar perfeccionándose en la música?
- Cuando llegué a Tandil, procedente del campo, conocí a Juan Carlos Quiñones y un tal Cheves. Uno era ferroviario y el otro trabajaba en el Ministerio de Educación pero nuestra amistad comenzó a partir de compartir algunos asados y desde ahí se gestó una hermosa amistad.
- ¿De qué forma comienza a trabajar en los distintos festivales que se desarrollaban en Tandil y la zona?
- Cuando me radiqué en Tandil, en 1957, comencé a insertarme en los festivales y comparsas. Después estuve en los patios criollos de Villa Italia durante varios años, en Quintana y Pasteur. Eran bailantas populares y me contrataban con mucho tiempo de anticipación ya que mi verdulera era la tradición del espectáculo.
- Villa Italia representó mucho en su trayectoria, ¿a qué se debió esta situación?
- Me dio la oportunidad de presentarme en reiteradas oportunidades y la verdad que fue algo maravilloso que me tocó. Estuve haciendo muchas noches en ese barrio de la ciudad, comenzábamos el sábado y terminábamos el martes con los show. En Quintana y Pasteur toqué en doce noches en la época del carnaval.
- Con la experiencia que fue sumando, tuvo la oportunidad de grabar varios discos, ¿qué representa cada uno de los trabajos que realizó?
- Tuve la fortuna de grabar dos veces con Miguel Ferragine y con una orquesta de Azul. Sin dudas que fue algo muy lindo lo que me tocó vivir porque es una manera de demostrar todo lo que pude ir haciendo con el correr de mi vida.
- También trabajó en muchas firmas conocidas de la ciudad, ¿eso le dio más popularidad y reconocimiento?
- Trabajar en algunas casas muy famosas me permitió tener mucho reconocimiento por parte de la gente y a partir de eso me fui haciendo muy conocido. Después fui dejando esos trabajos porque empecé a tener muchas actuaciones y me dediqué de lleno a los shows.
- ¿Se podría decir que usted vive de lo que más le gusta?
- Claro, desde hace cuarenta años que me dedico de lleno a esto y es mi fuente de trabajo. Me he portado muy bien y he tenido la fortuna de ser reconocido. Hace algunos años el Honorable Concejo Deliberante me hizo un reconocimiento que me puso muy contento.
- ¿Cómo era su trato con el público?
- Realmente le he gustado a la gente y eso me dio mucho trabajo. Siempre prioricé la música y luego todo lo demás quizás por ese motivo el público me apoyó siempre. Era muy difícil poder vivir y trabajar de noche ya que a uno muchas veces le cuesta la familia. Tuve la posibilidad de casarme pero al poco tiempo por estas cuestiones me separé.