Para el ex ministro de Trabajo y ahora uno de los principales referentes del felipismo, no es curioso que el senador por Santa Fe haya dejado el Frente para la Victoria. “El gobierno sólo está preocupado por mantener su hegemonía al precio que sea y eso va a expulsar a muchos dirigentes más”, anticipó.
La que para muchos es la noticia de la semana -el alejamiento de Carlos Reutemman del Frente para la Victoria- no lo es tanto para el ex ministro de Trabajo bonaerense Roberto Mouillerón a quien esa deserción no lo sorprendió “en lo más mínino” por cuanto cree que ella “es una más” dentro de la “diáspora” que se produce en el kirchnerismo.
Asimismo el dirigente del felispismo asegura que la fuga “ha de continuar con otros dirigentes” del espacio oficialista.
Mouillerón abandonó su cargo en el gobierno bonaerense en 2008, cuando dejó el Consejo Provincial de Educación y Trabajo para constituirse en uno de los principales armadores del espacio liderado por el diputado nacional Felipe Solá.
Ahora dice que no le llama la atención que dirigentes como “Reutemann u otros”, decidan irse del Frente para la Victoria: “día a día- sostuvo- la ceguera del gobierno nacional y del PJ sigue expulsando a peronistas que de buena fe quieren lo mejor para el país y que saben que para eso ya no es posible seguir arrodillándose ante quienes hoy por hoy sólo están viendo cómo logran mantener su hegemonía al precio que sea”.
Para el ex funcionario, al kirchnerismo “sólo le preocupa sondear candidatos a través de encuestas y simultáneamente negociar con algunas figuras de renombre para ver si es posible continuar con esta política de encierro en sí mismo y de rechazo al diálogo. Pero eso es justamente lo que está llevando a este alejamiento de las personas más valiosas”, explicó.
“En primer lugar porque si fuera como piensan el presidente del PJ y quienes lo siguen, gobernar se limitaría a practicar encuestas y sabemos que no es así. La política es algo mucho más complejo. Y luego porque está visto que sólo el que se encuentra en minoría tiene la necesidad imperiosa de pagar el costo que sea por su obsesión por ejercer el poder un modo tan totalitario”, destacó luego.
“La mejor forma de hacer política hoy pasa por generar un proyecto distinto, discutir ideas y propuestas y consensuar entre actores de lineamientos políticos diferentes una alternativa superadora para el mañana. Ya no podemos seguir supeditados a una forma de ejercer el poder que sólo se vale del apriete para sumar voluntades y que desde hace tiempo ha dejado de dar respuestas a las demandas de la sociedad”.