13/08/2009

Locales

RINCON TRADICIONALISTA: El cojinillo y el sobrepuesto

Observando una fotografía de una silla de montar vaquera o campera de origen andaluz no puedo dejar de comparar y obviamente confirmar la herencia española de nuestra equitación, porque en ella se puede ver aparte de los arzones delanteros y la peineta trasera (similar a nuestro mal abrigo correntino o chaqueño) un cojinillo blanco de oveja igual al que colocamos en nuestros recados aunque es de preferencia entre la paisanada los de color negro o moro por ser las especies lanares que poseen la lana más firme y también por gusto personal.
Se confeccionaban como elemento de blandura para el asiento de jinete con cueros de oveja o carnero que una vez sobados o lavadas la lana para que no manche la ropa con su natural grasitud se le da forma recortando los bordes hacia adentro en las puntas o cabezales del recado.
Los primeros fueron obtenidos de ovejas pampas pero siempre se prefirió a los raza inglesa, sobre todo los de cara negra que fueron importados a nuestro país en la segunda mitad del siglo XIX. Los existentes solían teñirse de carmesí o azul de acuerdo a la vocación política de su dueño (Unitarios o federales) y los había también de largas hebras como los de cabra u oveja de raza Lincoln pero estos se apelmazaban con facilidad.
Una pilcha similar pero de lujo usada por gaucho en desfiles o paseos era el cojinillo de hilo, de origen araucano (catrieleros) o los importados de Inglaterra que imitaban a la perfección a los fabricados aquí que solo se obtenían en principio luego de los malones en pulperías donde eran canjeados por vicios a los aborígenes. Se confeccionaban en telar con hilo hilado de pelo de cabra u oveja, unos cubiertos en su totalidad por largas hebras de 10 a 15 centímetros y los conocidos por "mota" que llevaban desprovista su `parte central y solo poblaban sus bordes con dichas hebras, a los combinados en esa forma se los denominaba y denomina "mota y chilla" estos últimos también fueron confeccionados por las tejenderas del Azul que como dije antes eran los preferidos por ser de mejor calidad y labor que los ingleses.
Eran por lo general de color negro pero los había también en color crudo y sus dimensiones eran menores que los de las caronas para permitir el lucimiento de estas en sus adornos talabarteriles o de plata. Se tiene registro de la confección de cojinillos desde el siglo XVII y fue utilizado por el gaucho también como blandura al armar su cama por las noches y lo protegía de la lluvia atado en su espalda y con la lana para adentro.
Rematando el uso del cojinillo se utilizaba una última prenda llamada sobrepuesto o sobrepellón que se colocaba siendo esta de dimensiones mucho más chica que el cojinillo para obtener frescor en las largas cabalgatas y también, proteger la ropa del jinete de la suciedad de la lana.
Los había de muchos tipos, de paño en varios colores los cuales lucían hermosos bordados, de terciopelo en negro, azul o rojo, de badana, gamuzas de cuero de ciervo o carpincho, piel de tigre (yaguareté) nonato, gato onza, cuero de gama (hembra del venado) este último con todo el pelo, de pluma de avestruz y los más curiosos y difíciles de obtener pues se traían de las provincias del norte (Tucumán, Salta, Formosa, etc.) los "perico ligero", que no es más que el oso perezoso el cual se confeccionaba con cuatro cueros de este animalito que por la extraña conformación de su pelo produce un frescor superior a los demás cueros conocidos, hoy se pagan verdaderas fortunas por un sobrepuestos de estos por hallarse la especie de este simpático mamífero en vías de extinción y por ser una pieza muy valorada por los tradicionalistas para completar sus recados, sobretodo los de época .
Se encuentran un poco también como rareza los confeccionados en cuero del cogote del ñandú finamente sobados e inclusive bordados con motivos muy camperos, los de felpa importados de Inglaterra en colores azul, negro, escarlata o violeta y para terminar los sobrepuestos pampas que se tejían al estilo poncho con vivos colores y diseños autóctonos realizados en el sur de Chile o en los toldos de los caciques Catriel, Coliqueo y Rondeau en los partidos de Azul, Bragado y 25 de Mayo respectivamente. Tenían la particularidad en esas épocas a diferencias con los de hoy de llevar a los lados casi sobre el borde inferior una abertura transversal para pasar por ella una sobrecincha y de esa manera permitir un mejor lucimiento de sus bordados, también solía prenderse el correón de la sobrecincha con una hebilla de metal blanco o plata por sobre la barriguera de la cincha elemento que tampoco se usa hoy.
En la foto que acompaña la nota vemos una espectacular recado intermedio con cabezales de plata y boleadoras de marfil calzadas en el mismo material con faldas y caronas de tigre estribos de media corona y una soberbia cincha de soga bordad en tiento la cual posee cojinillo de hilo negro y sobrepuesto de terciopelo bordado.
Buenos amigos por hoy los dejo y hasta la próxima.

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