Un vecino de 54 años, que arrastra un cuadro de artritis reumatoide, con una prótesis en cadera izquierda y otra en rodilla derecha, aguarda hace cuatro meses fecha para que le realicen una cirugía indispensable para anular fuertes dolores derivados de su discapacidad.
Juan Alvarez se jubiló en Metalúrgica Tandil hace 7 años, con una licencia debido a su enfermedad.
Según relató a LA VOZ su mujer, María Cristina Alperente, la prótesis que posee su marido en la cadera debe ser reemplazada porque se movió de lugar y le genera al paciente "mucho dolor".
Como afiliado del PAMI, perteneciente a la cápita del Hospital "Ramón Santamarina", Juan Alvarez acudió al centro asistencial público de nuestra ciudad, donde fue atendido por un médico del servicio de Traumatología.
En abril pasado, Alvarez estuvo internado en el nosocomio y evaluaron su situación, para luego deslizar por lo bajo que "esa operación se podía hacer en Tandil".
Tras un ateneo médico, Alperente le anunció al galeno del Hospital que la obra social de los jubilados le había otorgado la prótesis sintética, pero -según narró- los médicos locales no quisieron realizar la práctica quirúrgica con ese material, poniendo como condición que "consiga hueso humano".
Ante esta negativa, le asignaron otro centro asistencial: el Policlínico San Martín de La Plata. Pero tras conseguir un turno, tramitado desde el "Ramón Santamarina", Alvarez y su esposa fueron a la ciudad de las diagonales, donde se toparon con una desagradable sorpresa: "nadie me quiso atender, y tampoco dar explicaciones".

LLANTO DESESPERADO
“Uno en el PAMI tiene que pedir día y horario para morirse, día y horario para enfermarse, le hacen la receta cuando ellos quieren", indicó la mujer.
En el Policlínico platense, posteriormente, le dijeron "que mi esposo debe seguir en la lista de espera, pero no me dicen en qué puesto estoy. Hacen dos intervenciones de ese tipo por semana, lo que también se complica con los paros de los médicos", añadió.
"Reclamamos que esto no se demore más, y que si se puede hacer en Tandil, que intervenga alguna autoridad local para que lo hagamos acá. Porque el viaje a La Plata genera muchos trastornos, para movilizarnos", agregó la entrevistada.
Posteriormente espetó que "no sé cuándo me llamarán. El viernes llamé a la privada del gobernador (Daniel Scioli) y mandé un fax al doctor Claudio Zin (ministro de Salud)", explicó Alvarez desde la desesperación por una ayuda.
Por último, recordó que "hace dos años pedí una audiencia con el intendente (Miguel) Lunghi, y jamás me recibió", descargó la señora.
"Yo voy a luchar, no me callo, ustedes se van y lloro toda la tarde, pero por defender lo mío soy capaz de ponerme frente a un tren, me duele que jueguen con la salud. Uno puede no tener un pedazo de pan para comer, pero cuando está sano, es más llevadero. Es triste estar enfermo y que nadie tome cartas en el asunto", señaló María Cristina Alperente desde la emoción.