El día había amanecido con el cielo cubierto, amenazaba con llover. Ya para las 14 la situción era por demás amenazante, el cielo completamente encapotado parecía atentar contra una nueva edición del Hombre de Piedra. Sin embargo, en la Villa Don Bosco, el clima era de fiesta, faltaba la luz del sol, pero el colorido que le daban los atletas entrando en calor, la murga “Parche y solución” con su música, hacian que nadie mirara hacia el cielo.
Hacia las 14.30, hora anunciada para la largada, los 400 atletas ya estaban ubicados detras del arco inflable para, previo a la largada; escuchar la charla técnica del director Roberto Lucas.
Despues, se escuchó el “Bienvenidos a Tandil, respiren hondo y suerte”, del Intendente Lunghi a todos los competidores.
Y ahi sí, la cuenta regresiva y la largada que tuo de fondo el aplauso sostenido, de la muy buena cantidad de público que se habia acercado a Villa Don Bosco a alentar a los atletas.
Tras algo mas de veintiseis minutos de carrera, el primer atleta ingreso al parque cerrado en busca de la bicicleta, Torres, seguido de Gonzalo Pardo, tercero Estaba Calvo y cuarto Pablo Escalas. En esa parte de la prueba los tandilenses, siempre encabezados por Santiago Sollazo, estabán entre los veinte de punta. Entre las damas Gabriela Arnejo estaba como líder, segunda Nidia Kondratavicius y Noelia Fernandez Cruz tercera.
Allí empezaban a desandar las dos vueltas de ciclismo sin drafting (50 kilómetros en total) una de las etapas más duras de la competencia. En la primera vuelta las cosas ya habian cambiado radicalmente. Calvo hizo el retome en primer lugar y Darricau (que no habia estado ni siquiera entre los primeros diez al finalizar la primera etapa de pedestrismo) ahora estaba segundo. Tercero Torres, cuarto Pablo Escalas y en el quinto lugar sorprendiendo, Santiago Sollazo. Pero no sólo en caballeros las posiciones se habian modificado, en damas también hubo un cambio de posiciones. Nidia Kondratavicius paso a la punta, como escolta se ubicó Gabriela Arnejo y tercera se mantenia Noelia Fernandez Cruz.
El andar de los atletas era insesante porque los punteros ya estaban rodando a una velocidad impresionante y comenzaban a juntarse con los más relegados. El público aplaudio y alento en todo momento, a pesar del frio y de algunas gotas de lluvia que por suerte solo quedaron en eso.
A esta altura, la carrera ya estaba en la etapa definitoria, la llegada al parque cerrado, para dejar las bicis y encarar los últimos seis kilómetros de pedestrismo para completrar la prueba.
Andres Darricau, fue el primero en dejar la bicicleta sacando una importante diferencia sobre su seguidor, Calvo. Y otra vez la sorpresa la daba el tandilense Santiago Sollazo bajandose en tercer lugar. En damas ya todo estaba definido en la vuelta anterior, Kondratavicius era lider absoluta, mientras Arnejo y Fernández Cruz – que había sufrido una fuerte caída en un retome - disputaban los otros dos lugares del podio.
Los seis kilómetros a pie, para los espectadores, pasaron rapidisimo. Dos horas, doce minutos, vienticinco segundos marcaba el cronómetro oficial, cuando Andrés Darricau cruzó la meta. El atleta había logrado mantener la diferecia lograda sobre la bicicleta y su excelente planteo para la prueba quedó plasmado en el logro conseguido. Por eso la necesidad de aflojarse con un frente grito tras cruzar el arco de llegada. Por eso el abrazo con sus acompañantes y por eso las palabras emocionadas en la charla con LA VOZ.
Segundo arribó Enrique Calvo y tercero fue Rodrigo Torres, cuarto se ubicó el experimentado Plablo Escalas, el quinto puesto para Gonzalo Pardo - que era uno de los favoritos – y el sexto lugar para el tandilense mejor ubicado, Santiago Sollazo.
En damas, como mencionamos, nada cambiaría en la punta. Nidia Kondratavicius se quedó con la victoria absoluta, Noelia Fernández Cruz se subio al segundo lugar del podio y tercera, Gabriela Arnejo.
Por un año más, el Hombre de Piedra fue un éxito absoluto, los atletas brindaron un excelente espectáculo, algunos hasta que animabas a hacer sprint en los últimos metros en subida para llegar a la meta. Otros no borraron de su cara la sonrisa, como la mejor manera de sobrellevar el esfuerzo, pero todos, de una manera u otra, persiguieron una meta y dieron todo por lograrla. Eso es lo que hace al Hombre de Piedra tan especial. Un circuito duro, al que los competidores no se le achican y le hacen frente porque es el único escollo para llegar a la meta.