24/03/2009

Espectáculos y sociales

Cerca de 5.000 bonaerenses por año contraen tuberculosis

Los años pasan, la medicina avanza, pero el fenómeno de la tuberculosis no desaparece. Cerca de cinco mil casos nuevos por año es la constante en la última década en la provincia de Buenos Aires, un 40 por ciento de los registrados a nivel nacional.
Se trata de una enfermedad que tiene cura si se cumple estrictamente con el tratamiento, que se brinda gratuitamente en cualquier hospital público de la provincia de Buenos Aires y dura entre seis meses y un año. En concreto, los pacientes reciben antibióticos tales como etambutol, rifampicina, pirazinamida e isoniacida.
El único requisito para la curación de esta enfermedad, que afecta a todos los sectores sociales, es la firmeza en el tratamiento: si no se lo completa puede ser mortal. Hoy, la tasa de abandono es del 14 por ciento anual promedio.
El último registro en la provincia data del año 2007 e indica que 4.591 personas adquirieron la enfermedad, un 3 por ciento menos que en el 2006 y un 10 por ciento inferior que en 2005. El Conurbano es el territorio donde hay más afectados.
La aparición del HIV trajo aparejado un incremento en los casos de muertes por tuberculosis. De las 5.442 personas que fallecieron en los últimos 20 años por esa enfermedad, el 27 por ciento tenía el virus del SIDA.
La tuberculosis, que se transmite por el aire cuando el enfermo estornuda, tose o escupe, comparte la misma sintomatología con otras enfermedades infecciosas, por lo que descubrir su presencia lleva a la realización de estudios específicos, entre ellos la baciloscopía, para estudiar el catarro.
Fiebre, sudoración nocturna, tos y expectoración mucopurulenta y persistente por más de 15 días, pérdida de peso o cansancio fácil deben llevar a la gente a realizar una consulta médica.
Quedan más expuestos a sufrir la enfermedad los portadores de HIV, los desnutridos y las comunidades que reciben inmigrantes provenientes de países con alta endemia.
Para contagiarse de tuberculosis debe haber un contacto frecuente, familiar o una convivencia con personas infectadas. Es muy raro contagiarse de forma casual por un contacto esporádico en la calle.
La persona infectada debe protegerse con pañuelos desechables cada vez que tose para no expandir el virus. Si expectora y se tapa solo con las manos, luego debe lavárselas. Utilizar barbijo cuando está en contacto con otras personas.
La casa del afectado debe tener permanente ventilación, ser visitada por la mínima cantidad de personas posible y mantener las normas de higiene básicas.
La vacuna BCG confiere cierto grado de protección contra las formas más graves, como la tuberculosis miliar y la meningitis tuberculosa, pero no contra todas las presentaciones de la infección.
Aunque la tuberculosis es una enfermedad predominantemente de los pulmones, puede también verse afectado el sistema nervioso central, el sistema linfático, circulatorio, genitourinario, gastrointestinal, los huesos, articulaciones y aún la piel.

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