09/09/2009

Locales

RINCON TRADICIONALISTA: Cuentos y leyendas

Por Ernesto Sangineto
Dicen que si uno utiliza los escritos de otro para transmitir algo se convierte en un plagiario, se utiliza los de dos es un usurpador pero si utiliza más de diez se convierte en un investigador. Es con esta intención un tanto sarcástica que se trata de transmitir a veces los dichos y estudios de otros que ya lo hicieron antes pero no por eso dejan de ser apasionantes e interesantes a la vez.
En el libro de Guillermo A. Terrera "El caballo criollo en la tradición argentina" se encuentra mucho material disponible de cuentos breves o extensas o variadas leyendas que en este caso desde la llegada de los conquistadores españoles hasta nuestros días, sumarían cientos de miles de cuentos, anécdotas o acaecidos ocurridos con los caballos.
Con todos estos episodios y anécdotas narrados por don fulano o zutano de tal pago o de tal otro, de este caballo o de aquel otro formaríamos un libro hermoso e interminable. Así, entre tantas narraciones recuerdo aquella donde el caballo maneado a la par del gaucho que dormía en el desierto despertaba a su amo relinchándolo suavemente o inquietándose, porque olfateaba, olía a los indios que merodeaban por los alrededores. Los caballos del cristiano sabían oler al indio y a sus caballos a la distancia.
Se pueden recordar las peleas entre los indios y los gauchos cristianos donde el caballo enseñado defendía a su amo peleando a la par suya a manotones, coces y mordiscones. Lo mismo cuando se cruzaba el desierto y el caballo era volteado, maneándolo para que no fuera visto en la periferia sin limites de la pampa.
Se recuerdan casos de estos en cantidad con nombres, apellidos ropas que llevaba el paisano pelo del caballo, etc., pues nada y tan prolijo en las descripciones, como un gaucho cuando narra un sucedido.
Así como hay miles de cuentos con seres anónimos y desconocidos, los hombres que hicieron política, guerrearon, acaudillaron pueblos o fueron caciques que enfrentaron a los cristianos, tienen sus cuentos sobre los fieles compañeros que marcharon con ellos en sus largas patriadas.
¿A caso el jefe de la Confederación Argentina, Don Juan Manuel de Rosas no tenía un caballo oscuro y luego un moro que fueron su crédito muchos años?
La famosa caballada blanca del coronel Villegas, que montaba toda su división en yeguarizos de ese pelo y que luego para salvar la vida de su tropa, aislada por la nieve y el invierno, fueron carneando y comiendo ante el llanto y la congoja de los soldados.
¿El coronel Machado en la frontera del Tandil y en su estancia de Lobería no tuvo también su pangaré- buey que adquiriera fama interprovincial por la velocidad increíble que tenía y que luego regalara a un estanciero del Salado llamado Ford?
El caballo del cacique Calfiao, cuya aureola de velocidad y resistencia traspaso los limites del desierto y en pleno año 1940 todavía existían gauchos y estancieros que lo recodaban de mentas echadas a correr por las pampas de Buenos Aires, Córdoba o San Luis.
Cuentan que el cacique Calfiao montaba ese caballo solo para disparar del enemigo en caso de una derrota y corría entre medanos y guadales con la velocidad y la resistencia de un caballo de leyenda.
Así mismo fueron famosos e inolvidables los caballos del Julio César de los llanos de La Rioja, el caudillo Juan Facundo Quiroga quien poseía a parte del moro un pingo bayo obero y un zaino llamado "El piojo" que eran invencibles en la pelea por su boca, su docilidad, su habilidad en la lucha y su resistencia para correr a campo traviesa en caso de una imprevista derrota.
A caso no hacían gala los indios del desierto que donde pisaban los cascos de los caballos de los famosos caciques como Guandacol, Linconau o Calfulcurá no crecían más los pastos. Igual leyenda que los caballos de los bárbaros que asolaron Europa sean Atila o Genghis Kan.
Los romanos tuvieron también sus celebres caballos como aquel del emperador Calígula que en su locura llego a nombrar cónsul romano a su propio caballo. Quizás Calígula no estuvo tan desacertado en su designación si pensamos en algunos seres humanos que llegaron y llegan aún en nuestros días a dirigir naciones (cuanta actualidad ¿no?)
Buenos amigos espero les haya gustado la nota un saludo y hasta la próxima.
Correo de lectores abierto.

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