Por Diego Marti
Por estas horas la coyuntura nacional, que por lógica también afecta a la local, se encuentra atravesando momentos de gran rispidez debido al conflicto que enfrenta al campo con el Gobierno Central. Mientras tanto, en la Comuna durante la semana el clima fue de una tranquilidad “Santa”, a pesar del sobresalto que tuvo el intendente cuando los productores agropecuarios intimaron a fijar postura respecto a la protesta que encabezan.
De todas formas dicha situación fue sólo una mancha para el acontecer comunal, debido que, como viene sucediendo de un tiempo a esta parte, para el pediatra las noticias provenientes de Nación le permiten realizar grandes anuncios que luego se ven capitalizados con los resultados que arrojan las urnas.
Fue así como el martes, el jefe comunal informó junto a sus secretarios que la firma Sorsa S.A. será la encargada de llevar adelante el plan de repavimentación que comprenderá 250 cuadras en cuatro años. Dicho anuncio fue hecho en una conferencia de prensa donde todo fue amor y paz entre el intendente, Miguel Lunghi, y el presidente de la firma adjudicataria, Carlos Toffoli. A tal punto se vio reflejada esa hermandad, que en un momento se cayó al piso una lapicera y el pediatra y el empresario se abalanzaron, raudamente, para ver quien era el primero en levantarla (sin embargo se ve que el pediatra devenido a intendente no se conforma con poco, porque a pesar de que él ya tenía una lapicera en la mano –ver foto – la fue a levantar igual).
Minutos más tarde, de esa misma mañana, sucedió algo que al titular del Ejecutivo local lo obligó a tomar postura sobre el conflicto que mantiene el campo y la Nación. Un grupo de chacareros se acercó hasta el municipio para pedirle que los acompañara en el reclamo.
Esto no era algo buscado por Miguel Lunghi, ya que adoptar una posición determinada sería tomar partido por una de las partes y eso podría traer alguna que otra complicación. Si se ponía del lado de la Nación, corría el riesgo que el municipio sea invadido de 4x4; pero si optaba por apoyar a los productores agropecuarios corría el riesgo de matar a la gallina de los huevos de oro de su gestión, como es el Gobierno Nacional.
Por eso, se puede decir que el intendente se vio obligado a redactar un comunicado que, a primera vista, apoya el reclamo del agro al pedir que las “retenciones se reduzcan” a como estaban antes del conflicto. Sin embargo, si uno hace una lectura más fina observa que la nota fue hecha para ser presentada ante el Gobierno bonaerense, alguien que poco tiene que ver con las retenciones. Pero además, el planteo de fondo del campo, que reclama la “anulación total” de las retenciones nunca fue puesto en tela de juicio en el comunicado. Por eso, si bien el intendente apoyó a los productores no lo hizo tan a fondo, para evitar que la Nación se enoje
A pesar que los productores señalaron durante la semana que pasó que “el intendente se adhirió al paro”. Las probabilidades que eso ocurra son muy pocas, por no decir nulas, y la posibilidad de ver al jefe comunal en la semana quemando gomas al costado de la ruta junto a los chacareros es algo que suena utópico.
De todas formas, ese fue un dato anecdótico (o no tanto para la gente del campo) que no interrumpió el clima de bonanza que viene caracterizando a la actual gestión comunal desde hace ya un largo rato. Ultimamente existe la sensación que ante cualquier conflicto el jefe comunal va a caer bien parado, y eso puede ser consecuencia de la suerte o de un trabajo planificado.

CAMPO
Por otra parte, sin ninguna duda el problema del campo con el Gobierno Nacional es un tema que, debido a Semana Santa, parece haber pasado a un cuarto intermedio. Sin embargo eso no es así ya que las dos posturas se mantienen inflexibles y todo hace suponer que con el devenir de los días la situación se irá agravando y el tan anunciado desabastecimiento, comenzará a ser realidad y los productos comenzarán a faltar en las góndolas generando un serio conflicto al mercado local.
“Si nosotros cortamos la ruta nos dicen piqueteros, pero si el campo la corta dicen que es un protesta social”, señaló uno de los automovilistas mientras observaba la protesta de los chacareros. En dicha frase quizás esté encerrado mucho el sentir popular, porque no es común ver un corte de ruta con un paisaje de fondo de 4x4. Sino que por lo general el panorama es todo lo contrario y está más relacionado con el reclamo de los que menos tienen. De todas formas, quitarle veracidad a una o a la otra protesta por el entorno que lo rodea sería dejar que el árbol tape al bosque.
Por lo general cuando uno encabeza o participa de un reclamo está convencido que es justo, a pesar de que otros sectores sociales opinen lo contrario. Lo extraño es que por estas horas el campo le está diciendo al resto de la sociedad que se “comprometa” contra algo que ellos consideran una injusticia, pero en otras ocasiones eran los denominados piqueteros quienes le pedían a la sociedad que se “comprometa” también ante una injusticia.
En definitiva, nuevamente la realidad supera cualquier especulación y ha logrado que en este caso dos grupos tan antagónicos, como son el agro y los piqueteros, coincidan para reclamar mayor “solidaridad” siendo que, por lo general, uno siempre miró de reojo sin meterse en la problemática que afectaba al otro.