El lema que instaló el presidente Javier Milei de "no hay plata" quedó totalmente desdibujado por las propias acciones del Gobierno que encabeza. Esto se vio reflejado, básicamente, en las promociones de funcionarios que, en pocos meses, elevaron sus cargos y, en consecuencia, sus salarios.

Así, horas después del ascenso al vocero presidencial, Manuel Adorni, el presidente elevó al secretario de Prensa, Eduardo Serenellini, dándole rango de ministro, algo que quedó establecido a través del DNU 337, señalando que "resulta necesario adecuar el rango y jerarquía del titular de la Secretaría de Prensa de la Presidencia de la Nación".

"La medida propuesta resulta impostergable para la gestión del Gobierno", añadió el texto rubricado por el líder libertario y los ministros de su Gabinete.

Eduardo Serenellini asumió en medio de una polémica ya que en su pasado como periodista y junto a su compañera en LN+, protagonizaron un momento que quedó para el archivo, cuando recomendaron a la población adaptarse a estos nuevos tiempos del régimen libertario, "dando de baja Netflix", a la clase media, y acostumbrando a los niños de las clases populares a comer una sola comida al día.

"Y está bien, es normal. No hay de que avergonzarse" (que sea así) había justificado, el ahora secretario de Medios de Javier Milei.

No fueron ellos los únicos, ya que del mismo modo el Gobierno premió con la categoría de ministros a la secretaria General de la Presidencia y hermana del primer mandatario, Karina Milei; como así también al secretario de Legal y Técnica, Dante Herrara Bravo.