La gélida jornada dominguera, con un cielo gris plomo que invitaba a guardarse en casa y desestimar cualquier rutina callejera por los tradicionales paseos de la ciudad, cobró una curiosa movida, de la mano de una idiosincrasia no apta para escépticos, de la mano de una convocatoria lunghista ya folclórica.
La cita, entonces cambió de rumbo. No era el paseo de Los Pioneros, el Centinela ni la tradicional vuelta al Lago del Fuerte. Otra posibilidad despertó la curiosidad vecinal: visitar, recorrer, descubrir las lujosas instalaciones recientemente inauguradas, el Hospital de Niños Debilio Blanco Villegas. Ese elefante blanco levantado a fuerza de donaciones millonarias y vestido con otras más modestas, pero todos comprometidas en una obra que marca un hito en la historia del pago.
Despojados de la pompa dirigencial que ameritó el acto sabatino, un millar de tandilenses, entonces, se acercaron en lotes para apreciar con tranquilidad y asombro de qué se trata entonces la obra mentada.
Funcionarios varios, entre ellos el mismísimo director designado, doctor Héctor “Cacho” Equiza, oficiaron de guías para la masiva afluencia que no dejó de sorprenderse por el lujo y el buen gusto del centro asistencial que hoy aguarda por sus primeros pasos en lo estrictamente funcional, con sólo la atención de los consultorios externos.
Incluso turistas se acercaron a la moderna arquitectura, entre ellos un matrimonio de médicos pediatras de La Plata, quien –según confió el propio Equiza- se fueron sanamente envidiosos de lo que vieron.
“Todos se van maravillados, casualmente nos visitó una pareja de médicos pediatras de La Plata que pasaban el día en Tandil. Realmente se fueron maravillados, dijeron que era una envidia total, que era de primer mundo”, contó un Equiza orgulloso, que igualmente guarda su habitual prudencia y serenidad a la hora de lo que entiende será el gran desafío: poner al hospital pediátrico a funcionar.

PALABRA DE DIRECTOR
“Y bueno, ahora hay que ponerse a trabajar. Va, ahora...hace mucho que venimos trabajando, pero es que ahora emprendemos un gran desafío. No hay que olvidarse que hace cuatro años que estamos detrás de esto”, reflexionó Equiza tras despedir al último de los “contingentes” que se acercaron al flamante hospital para conocerlo.
“Esto nos obliga a estar a la altura de las circunstancias. Todos los pediatras están con ganas de empezar a trabajar, todos están prestando su colaboración. Por lo que algunas diferencias que pudimos haber tenido en cuanto a formas de funcionamiento se irán solucionando sobre la marcha”, dijo el director a la hora de adentrarse lo que será a partir de hoy.
“Mañana –por hoy- ponemos en marcha los consultorios externos. Una vez que solucionemos algún problemita de infraestructura (anoche hubo un apagón eléctrico) empezará la internación”.
“La guardia pediátrica –subrayó- seguirá funcionando en el hospital Santamarina, hasta que terminemos de conformar la estructura de la guardia, pero esto sucederá en pocos días. Falta terminar el concurso de algunas enfermeras como el elenco de neonatología”.
Sobre la palabra del Gobernador a la hora de garantizar los recursos necesarios para el funcionamiento del Hospital, Equiza admitió su “alivio” por el anuncio de Scioli, e ironizó indicando que “lo tenemos grabado, filmado, documentado, hay miles de testigos por lo que confiamos en su palabra. En pocos días empezaremos a reunirnos con el ministro Zin”.
Asimismo, Equiza aclaró que “todo va a caminar en forma progresiva. La primera idea será regionalizar algunas especialidades, servicios de alta complejidad”.