09/03/2018
Este sábado, a partir de las 21, se presenta en el Teatro de la Confraternidad (4 de abril 1371), con entrada libre y gratuita (hasta colmar la capacidad de la sala), la obra "Una carretilla de música", de El rito prohibido, teatro. La propuesta es organizada por la Subsecretaría de Cultura y Educación, en conjunto Dirección de Políticas de Género y Diversidad Sexual, y forma parte de las actividades para el mes de marzo con motivo de conmemorarse el "Día Internacional de la Mujer".
Sobre la obra
"Una carretilla de música", es una obra de Vicente Zito Lema y cuenta la historia de Agustina y Juan, internados en el hospicio San Francisco de Asís, en Corrientes. Agustina fue recluida inicialmente en 1982, por disposición del Juez de menores. El diagnóstico: Esquizofrenia. En Septiembre de 1986 logro el alta, estaba embarazada y tuvo una nena. Juan conoció el hospital a los quince años, y recobro su libertad con Agustina. Era el padre de la criatura. Fueron re internados en 1988, después que Juan matara a la madre de Agustina.
El Visitante está ahí. Ya no importa si llegó movido por el deseo de escribir una historia, de saber los motivos de un crimen, si quiere Justicia o trae piedad; o si todo es fruto del azar o un mal entendido.
Pero el Visitante se va, casi en puntas de pie. Y la escena puede continuar.
Porque El Hombre y La Mujer bailan, y después se besan. Pero cuando un hombre y una mujer que se aman locamente se separan (ella puede decirle, definitivamente, que deja el Hospicio y se vuelve a Curuzù), es de esperar lo más terrible. Y el Hombre puede revivir los pensamientos que lo asaltaron en su primer crimen (¿o acaso no mató a la madre de la muchacha porque pensaba que lo privaría de su gran amor?). El Hombre puede estar ahora repitiendo la escena de aquel crimen, movimiento a movimiento, palabra por palabra. Y tomará conciencia de los hechos: la culpa lo abruma, llora a gritos, clama perdón. (Y la Mujer lo perdonará, o bien se escapa, con pánico y a los gritos).
También es de ocurrir, porque el alma humana es insondable, su negrura abruma, que el Hombre sienta que la muerte anterior no basta. Tener que soportar el dolor del abandono lo aterra. La idea se vuelve intolerable. Entonces el Hombre, después de bailar y besar con pasión a la Mujer y de escuchar que ella se va (lo diga o no, el escucha), puede tranquilamente tomar una gruesa rama del suelo (su nueva azada), o una piedra, qué más da, y sin vacilación alguna, con palabras de furor, de amor enardecido, de rezos y de animalidad pura, se arroja sobre la Mujer. Y la golpea y la golpea. Hasta dejarla bien muerta sobre el pasto, en el fondo del Hospicio.
Ficha técnica
Con las actuaciones de Perla Logarzo y Adolfo Nicolás Somavilla
Música: Micaela Farias Gomez- Manu Uriona
Músicos invitados: Joaquín Schwittay, en arpa.
Walter Barbosa, percusión.
Fotos: Victoria Islas
Imagen, Dirección y Puesta en Espacio:
Adolfo Nicolás Somavilla.
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