La canciller alemana, Angela Merkel, viajará a Estados Unidos para reunirse

en Washington con el presidente Donald Trump el próximo 27 de abril, con

quien abordará las relaciones bilaterales y los actuales retos a la

política exterior y de seguridad.

Así lo informó la viceportavoz del Gobierno alemán, Ulrike Demmer, quien

señaló que la visita de la líder germana incluirá una rueda de prensa

conjunta en el Jardín de las Rosas de la Casa Blanca, según informó la

agencia de noticias DPA.

Será la segunda entrevista de ambos mandatarios en Washington, poco más de

un año después de que mantuvieran su primera reunión en la Casa Blanca.

En aquella cita quedaron de manifiesto las discrepancias de los dos

gobiernos en cuestiones clave, como el comercio internacional, la OTAN o la

política de inmigración.

La visita se produce en momentos de tensión global por los bombardeos

lanzados contra Siria por parte de Occidente (de los que no participó

Alemania) y en plena escalada entre Washington y China por la política

comercial impulsada por Trump, que impuso aranceles de un 25% a  productos

chinos por valor de 50.000 millones de dólares.

A finales de marzo, Merkel y su homólogo estadounidense debatieron sobre

aranceles durante una llamada telefónica en la que ambos sugirieron

cooperar para contrarrestar las políticas comerciales chinas.

Desde Washington, destacaron que el encuentro busca que las relaciones

entre Alemania y Estados Unidos sirvan de piedra angular para reforzar los

lazos transatlánticos y la colaboración en la OTAN.

La primera visita -en marzo del año pasado-, casi dos meses después de que

Donald Trump asumió la jefatura de Estado, pasó a la historia por el

fallido apretón de manos entre los dos líderes. 

En un momento de la reunión en el que Merkel le pidió a Trump estrecharse

las manos ante la insistencia de los fotógrafos, el presidente

estadounidense no reaccionó al pedido, lo que causó un gesto de sorpresa en

la canciller. 

El incidente se interpretó en aquel momento como una señal de las

complicadas relaciones entre ambos, entro otros temas porque antes de

asumir la presidencia, Trump criticó en varias ocasiones la política

migratoria de Merkel y el déficit comercial que Estados Unidos mantiene con

el país europeo. 

Estas relaciones parecieron normalizarse posteriormente y en la cumbre de

los países del G20 celebrada en julio del año pasado en Hamburgo, Merkel y

Trump dieron cuenta de una mayor sintonía personal ante los medios de

comunicación, aunque evidenciaron sus diferencias en temas comerciales y de

defensa del medio ambiente. 

En el comunicado final de aquella cumbre, todos los miembros del G20, menos

Estados Unidos, ratificaron su apoyo al acuerdo de París contra el cambio

climático, que Trump acababa de anunciar que su país abandonaría.