19/06/2018
El entrenador del seleccionado argentino, Jorge Sampaoli, prueba y prueba a
diario sin encontrarle todavía la vuelta al esquema que quiere implementar
con el equipo capitaneado por Lionel Messi, e inclusive desde los medios se
especula constantemente con distintas alineaciones, pero en ningún caso el
cordobés de la Juventus, Paulo Dybala, entra en la consideración para
formar parte de alguna de ellas.
Y lo extraño de la situación es que ante tantos cambios constantes en el
rumbo del barco, nunca Dybala aparezca como alternativa de algo,
especialmente porque su nivel y su innegable calidad futbolística lo
ameritan sobradamente para ello, y máxime si se lo compara con otros
futbolistas del plantel.
Sin embargo hoy en día el de Laguna Larga parece ser el jugador de campo
número 20 según la óptica del técnico, aunque en su dorsal posea el 21.
Pero que esté tan relegado este jugador que ya con 24 años tiene un
recorrido importante en el fútbol europeo con el multicampeón italiano
Juventus, habiendo disputado Champions League e inclusive convertido dos
tantos en un partido a Barcelona, es inentendible por estas horas,
observando sobre todo lo hecho por Argentina ante Islandia y la necesidad
frente al próximo rival, Croacia, de disputarle la tenencia del balón, algo
que solo se puede hacer agrupando jugadores con buen pie como el suyo.
Quizá el entrenador vea en los entrenamientos cosas negativas del ex
Instituto que ojos ajenos no observan, pero de hecho también se equivocó al
apostar en el primer encuentro por algunos experimentados como Marcos Rojo,
Lucas Biglia y sobre todo Ángel Di María, y ahora va a corregir ante los
croatas mandando a los tres al banco. Con Dybala bien podría darse el caso
inverso entonces.
Lo contradictorio de Sampaoli es que la primera vez que llevó al también ex
Palermo italiano a la selección dijo que era para que constituyera una
sociedad con Messi, algo de lo que después pareció bajarse el propio
jugador con alguna declaración desafortunada sobre cierta impresión de
"incompatibilidad" entre ambos.
Posteriormente Sampaoli lo dejó afuera de una gira y al regreso sostuvo que
en realidad Dybala, más que socio, era una alternativa para cuando Messi
estuviera fuera de circulación por algún motivo.
Ésta podría ser la única explicación coherente respecto de por qué "La
Joya" no entra en ninguna ecuación futbolística que se ponga sobre la mesa.
Si solamente es suplente de Messi, sus chances de pisar la cancha en este
Mundial estarán directamente en punto cero.
Ahora, si esto es así, no se entiende por qué Sampaoli lo incluyó en la
lista de 23 mundialistas como "tercer 9", según su aplicación lineal, por
detrás de Sergio Aguero y Gonzalo Higuaín, su compañero en la Juventus.
Y si nuevamente se toma como referencia el cotejo ante los islandeses, en
el que el "Pipita" jugó solamente los últimos siete minutos, ver sentados
juntos en el banco de suplentes (también comparten habitación en la
concentración de Bronnitsy) a los dos goleadores del más importante equipo
del "calcio", mientras otros compañeros "miran desde adentro" el partido,
más que una cuestión de gustos, es un desperdicio.
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