25/08/2018

Locales

El Padre José María Ramos es el nuevo Párroco de la ciudad

José María Ramos, nacido en Laprida el 28 de febrero de 1960. "Como todos los chicos, comencé a frecuentar la Catequesis para tomar la comunión, mi interés nace por la figura del Párroco, Pedro Roca, quien había fundado el grupo Scout de la Parroquia, después la vocación fue creciendo y esa primera figura fue muy importante para mí" comenzó recordando el Padre.

Hijo de madre soltera, ama de casa, su mamá se llamaba Manuela, es hijo único, a los 9 años se fue de su ciudad natal en busca de una mejor educación comenzando a estudiar en un Colegio Salesiano de la ciudad de La Plata.

Estudió en el seminario de La Plata, terminando sus cursadas en el año 1985 y en febrero del año siguiente fue destinado a nuestra ciudad permaneciendo aquí durante dos años, hasta 1988. 

Comenzó a recorrer  los pasillos del seminario de La Plata en 1978, años difíciles en nuestro país, "lo peor ya había pasado, fueron tiempos lindos de estudios, el seminario tenía un cuerpo de profesores, sobre todo en los primeros años, eran docentes que tenían alrededor de 50 años de docencia, con una experiencia enorme y eso nos enriqueció muchísimo" sostuvo.

Llegó a nuestra ciudad, su primer destino, "tengo un lindo recuerdo de aquellos años en Tandil, de una ciudad que evidentemente la tengo que redescubrir, era mucho más chica, tenía buenas características de pueblo pero en el accionar era una ciudad importante, hace 30 años ya era importante. Hace una semana que llegué, pero lo que puedo ver es que hay iniciativa, pujanza, riqueza de expresiones, hay un gran sentido comunitario por las actividades que he podido ver en la Parroquia, sobre todo en tiempos en los que el individualismo es protagonista" describió.

En 1988 fue al seminario de Azul que había reabierto sus puertas, como docente de filosofía y formador y allí permaneció hasta 1990.

A mediados de ese año fue a Roma, a estudiar Derecho canónico, durante tres años, cuando vuelve a Azul, al seminario, esta vez como docente de Introducción a la Lectura de los Evangelios. Por esos tiempos, además, trabajaba en el Obispado como en el área Jurídico Administrativa y  después también se desempeñó en la Administración Económica y paralelamente los sábados, domingos y lunes ayudaba en la Parroquia de Rauch, estaba repartido entre ambas ciudades.

A fines de 1997 el seminario, de Azul, deja de funcionar como tal y se destinó como casa de retiros y se abocó a su organización, además de continuar con las tareas del Obispado.

De 1999 a 2001 trabajó en la Capilla de Lourdes y en 2002 fue nombrado Párroco de Azul y 5 años después fue destinado a la localidad de Saladillo donde se desempeñó hasta los primeros días de agosto.

"Vengo de una Parroquia única, la comunidad de Saladillo se parece bastante a la de Tandil, con una vida parroquial muy grande e intensa. En Tandil no solo ha crecido en cantidad sino también cualitativamente. Hay muchos cristianos comprometidos que colaboran constantemente"  contó de acuerdo a sus impresiones a una semana de haber vuelto a nuestra ciudad.

"Yo creo que se trata de seguir trabajando, cosechando lo que otro sembró y sembrando para que otro recoja, no comienza ni la vida de nada, es continuar el trabajo con el matiz que cada uno le da, con las luces y las sombras de cada uno", dijo a sabiendas de su llegada a una comunidad que viene de varios años con figuras fuertes como las del Padre Raúl Troncoso y el Padre Marcos Picaroni.

"Sera lo que Dios quiera, siempre cuando rezamos el padre nuestros decimos, "que se tu voluntad", uno no tiene que trabajar para hacer lo que uno piensa sino de convertir esto en una continuidad, que es lo que quiere el Señor para la comunidad. El Párroco puede ser quien guía, pero entre todo llevamos al pueblo adelante", agregó.

"Se trata de hacer todo lo posible para que el amor de Dios sea conocido, y para eso hay que dar testimonio de fraternidad, tener en cuenta a las personas que tienen necesidades de todo tipo, sino amamos al hermano a quien vemos, no podemos amar a Dios", afirmó el Padre José María Ramos.

"Estoy conociendo la realidad de Tandil, soy prudente y sensato, me va a llevar un tiempo, estoy seguro que será una experiencia rica, adaptándome a lo nuevo. La idea es que la comunidad crisitiana sea una comunidad de servicio, que se exprese en la caridad, si no hay culto y no hay caridad, la Fe no existe, se trata no solo de sostener sino de acrecentar lo que ya se hace", finalizó.

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