03/12/2018

Policiales

Se cumplieron seis años de la desaparición de Abel Barbero

Ayer, se cumplió el sexto aniversario de la misteriosa desaparición de Abel Rubén Barbero, de quien se perdió todo rastro alrededor de las 14 horas del 3 de diciembre de 2012, sin que hasta el momento, la investigación judicial haya podido determinar cuál fue su destino.

Abel Rubén Barbero tenía 77 años el 3 de diciembre de 2012, cuando pasadas las 14 horas, desapareció de manera misteriosa, sin dejar rastros. A seis años de aquel día, la investigación se encuentra en un virtual punto muerto y desde hace mucho tiempo que no se avanza en su búsqueda.

Si bien la denuncia sobre la desaparición del anciano fue casi inmediata y al día siguiente, la búsqueda llegó a los medios, las primeras pesquisas comenzaron a ofrecer la idea que el caso no sería fácil de dilucidar, porque las pericias y rastrillajes arrojaban un resultado negativo tras otro.

Pocas horas después de perderse el rastro de Barbero, la policía halló su automóvil abandonado en San Lorenzo al 900, a relativamente poca distancia del domicilio del hombre, quien alquilaba el departamento 10º A, en Sarmiento 574. Ni en el coche, un Ford Fiesta Kinetic, ni en el departamento, la Policía Científica pudo recuperar algún elemento que permitiera orientar la investigación.

Luego, se apuntó al círculo íntimo del desparecido, aunque todos los familiares y allegados habrían demostrado con coartadas sólidas que no estaban involucrados en lo ocurrido, así como tampoco un par de personas que realizaban negocios de compra y venta de prendas de automóviles, quienes también declararon en la causa.

Además, se realizaron innumerables rastrillajes en diversas zonas de Tandil y la región, que también fueron infructuosos.

Tampoco la recompensa ofrecida por el Ministerio de Justicia y Seguridad de la Provincia, de entre 20.000 y 100.000 pesos, para aquellos que pudieran aportar elementos concretos que permitieran destrabar una investigación que desde hace tiempo permanece sin un rumbo claro. Sin embargo, al menos en lo que se conoció, el dinero no incentivó el aporte de datos y no aparecieron pistas reales para saber qué ocurrió con el vecino ausente.

Barbero era un hombre de contextura robusta, de 1,67 metros de estatura, pelo entrecano, semicalvo, con bigotes, ojos celestes con prótesis ocular de vidrio de apariencia natural en ojo izquierdo y la causa de su Averiguación de Paradero, bajo el número 3578/12, acumula un voluminoso expediente, que hasta aquí, poco explica sobre la suerte y el destino de Barbero, en uno de los casos más misteriosos que han ocurrido en Tandil y que ha dejado al desnudo, las debilidades del sistema judicial para encontrar a personas desaparecidas. La causa inicialmente quedó en manos del entonces fiscal Marcelo Fernández y posteriormente, siguió bajo la órbita de la fiscalía de Gustavo Morey.

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