08/12/2018

Proyecto educativo de ATAD

"Donde comen dos comen tres…"

Paola Iriarte junto a Silvina Rodríguez comenzaron con este proyecto al que denominaron "Donde comen dos, comen tres…". Ambas son Docentes de grupo y acompañadas por Christian Urdih, Profe de Educación Física, Rodrigo Achaval, de Educación Artística, Paula Codesido, Terapista Ocupacional, Juan Olano, Maestro Inclusor y con el apoyo de Fernanda Lumelli, Directora de ATAD, llevaron adelante este trabajo destinado a los jóvenes que asisten a la Institución sin saber que todos también se sentirían sorprendidos y reconfortados por la tarea realizada. En el edificio de ATAD, en el hall de entrada se pueden ver las imágenes de este viaje repleto de emociones.

¿Cómo surge este proyecto?

Es un proyecto que se origina desde las áreas de Ciencias Sociales y Ciencias Naturales, estuvo planteado para el grupo de Centro de Formación Integral, que es la atención a estudiantes jóvenes de la modalidad de Educación Especial.

¿Qué edades abarcó?

Son chicos que van desde los 14 hasta los 25.

¿Cómo surge la idea?

En el área de Ciencias Naturales apuntamos a promover el conocimiento y acercamiento al cuidado del medio ambiente. Desde una mirada no tan ecologista, sino desde una mirada más amplia, desde el dinamismo que tenemos los seres humanos con el medio en el cual vivimos. Cuando nace el proyecto pensamos un viaje como una posibilidad, pero en el mes de junio comenzamos a encontrar los medios, los recursos para poder hacerlo.

¿En qué consistió el proyecto?

Tiene como punto de partida y origen, a partir de lo que los estudiantes conocen sobre la flora y las faunas autóctonas poder realizar aproximaciones específicas al Ñandú, basándonos en que es un animal histórico de la Pampa y en la región del pastizal serrano. Y en este caso particular, al poder ver un criadero nos da la posibilidad de conocer cómo un animal de éstas características funciona también con aspectos comerciales, para poder consumir carne de Ñandú. En este caso es un animal que está bueno favorecer la reproducción del mismo sin ningún tipo de modificación. El criadero al que asistimos, Pampa Cuyen y está ubicado en Balcarce, respeta todas las pautas requeridas para que este animal lleve su vida en las mejores condiciones. Se alimenta de manera natural, el paisaje donde desarrolla su vida no fue modificado, y además tienen incubadoras utilizados con todos los huevos que dejan de tener mayor cuidado por el macho, que es quien lo cuida la hembra solo pone el huevo.

El Ñandú es una de las pocas especies nativas, hay muchas, pero un animal con esta presencia es único. Ponen alrededor de 10 huevos y el período de incubación es de 38 días y cuando nace la cría se llama Charito.

¿Cómo lograron el contacto con el criadero?

Previamente nos contactamos con la Facultad de Veterinaria de la Universidad Nacional del Centro y ahí hablamos con Fernando Milano, quien generosamente nos cuenta de la existencia de este criadero en Balcarce. Sobre todo porque no hay muchos registros de campos que tengan existencia del Ñandú.

¿Cómo fue la recepción por parte de los estudiantes?

Nosotros les planteamos hacer el proyecto y les planteamos si les parece que les gustaría conocer un criadero y sobre todo viajar. Lo que es complicado, tiene otras implicancias, salir de casa, comer en otro lugar, y el grueso de los jóvenes quiso ir.

Cuando nosotros armamos el proyecto planteamos secuencias didácticas, contenidos, que hay objetivos específicos y también tuvo su tonalidad recreativa. Hubo un momento de juegos, mientras planeábamos el almuerzo, ellos lo pasaron muy bien.

Por suerte tuvimos mucho apoyo desde el área de Desarrollo e Integración, ellos nos cedieron un micro y además solventaron el combustible para el viaje. Nosotros sino no podíamos hacerlo, es muy costoso y la logística es complicada con chicos con algunas singularidades especiales.

¿Cómo fue el momento cuando llegaron y vieron los Ñandú?

Fue de mucho asombro pensar el pasar el día ahí. Nos recibió el titular de Pampa Cuyén, Néstor Maceira, quien organizó la visita guiada, nos contó de qué se trataba y después fuimos hasta el campo donde están. Les acercó alimento para que los animales se vinieran a los comederos, donde estábamos nosotros. Allí permanecimos quietitos, para no asustarlos no nada., y mientras Néstor nos contaba del trabajo que ahí se hace. Allí se prioriza el espacio para no modificar el campo de acción de la especie.

Los jóvenes se desplazaron, respetaron las normas y de todo eso hicimos una muestra fotográfica para que la gente y la familia de ATAD pudiera visibilizar este viaje de estudios.

¿Cómo fue la hora del almuerzo?

No comimos carne de Ñandú…nos han comentado que es carne magra, tiene muy poca grasa, pero no la probamos. Comimos carne que fue donada por Punto Carne, fue gestionado por ATAD, y ellos muy amablemente nos la dieron. Por otro lado llevamos ensaladas para acompañar y tortas para la tarde.

Luego del almuerzo fuimos a conocer la incubadora, en grupos reducidos, para poder ver  escuchar todo el proceso. Néstor sacaba los huevos, un ratito, para que todos pudiéramos ver como son.

Luego emprendimos el viaje de vuelta.

¿Cómo fue la evaluación final de este proyecto?

Es poder pensar, tratar de remitirnos, poder repensar históricamente esto, En qué lugar nos ubicamos frente al cuidado del ambiente que nos rodea y como permitimos que la flora y la fauna que nos rodean  sigan teniendo lugar, porque estaban antes que nosotros. Poder pensarnos como un sujeto histórico y natural, respetando la valoración de la vida de cada uno de nosotros y de las especies que habitan las sierras.

Les decimos a todos que inviten y acompañen a las escuelas y ONG  a que se animen a realizar este tipo de viaje, de establecer redes con comercios, organizaciones y el estado para poder hacer realidad este tipo de actividades y no quedarnos con el deseo de hacerlo o con los soportes digitales y nada más. Ir al lugar, ver al animal, escuchar los sonidos, recibir información por parte de alguien que desarrolla un trabajo de estos, nos atraviesa la experiencia educativa desde otro lugar. Para nosotros fue una experiencia hermosa y que volveríamos a hacer.

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