Magalí Mansilla, ex trabajadora de la firma "Confecciones Winter", escribió una carta para contar la dolorosa historia que atraviesa luego de sufrir un accidente laboral, por el que le diagnosticaron síndrome de sudeck. 

"Hoy me dieron ganas de contar mi historia. No nací sabiendo y nunca nada me fue fácil. Pero a los golpes se aprende. 

Sólo quiero llegar a que me escuchen, nunca creí tener que pasar por esta situación en la que hoy me encuentro.

Siempre lo único que me importó que tenía trabajo y sin importar el esfuerzo que hacia, Gracias a eso podía darme algunos gusto yo y a mi hijo, se que en la vida no pasa todo por lo material pero ayuda a la felicidad.

En el año 2012 entre a trabajar a Confecciones Winter. Donde pase estos últimos 6 años, compartiendo con mis compañeros y los dueños, donde las horas se convertían en muchas. Pero bueno, tenia trabajo y el resto no importaba. Los papeles decían 4 horas, pero cuando llegaba el momento de cobrar eso no importaba, era feliz, y sin importar el sacrificio que hacia la remaba. De la mejor forma posible.

Hasta que llegó aquel 28/12/2017, que nunca imaginé que cambiaría mi vida. Salir para ir. Recorrer un par de talleres, abrir aquel portón y se descarriló. Por lo que yo sólo alcanzo a escuchar los gritos de una de las dueña y una amiga de ella, Cecilia, y me corro, pero de igual forma me golpea el brazo y la mano izquierda.

Quien pensaría que por un golpe podía tener tantas complicaciones, un cirugía y no fue la solución, el tiempo pasaba y mi mano se veía fea. Se hinchaba, dolía, diagnóstico SÍNDROME DE SUDECK.

Me derivan a Buenos Aires. Viajes cada 15 días, mucha medicación, la cual por momentos no me deja seguir con mi vida, no poder manejarme sola por que me mareo, me duele la cabeza, sentir pánico al estar encerrada o en contacto con muchas personas.

Dejar de hacer cosas que me gustan por no tener que pasar por ese tipo de situaciones...

Tener que dejar todo en manos de abogados, por que mi cabeza estalla y no me puedo hacerme cargo de reclamar lo que me corresponde.

Mi mano, que hay días que no responde y tengo que pedir ayuda hasta para poderme peinar, hacerme la cola como siempre use en el pelo, quien me conoce sabe que no me gustaba andar con el pelo suelto.

Hoy el hecho de estar así no sólo me trae problemas de salud, problemas anímicos, problemas económicos. Porque tener que llegar a contarles a todos y que mi historia se haga pública, era lo que menos quería.

Sólo quiero volver a estar bien y arrancar de cero.

Ojalá todos se hagan eco de mi historia, y puedan entender que muchas veces es necesario pedir y reclamar lo que nos corresponde para que no nos toquen vivir historias como la que hoy me toca pasar a mi".

Ya no quiero seguir así, ya duele demasiado no sólo mi mano, duele demasiado la vida y todo este año que llevo sin poder trabajar, donde juegan otros factores como el anímico, económico y moral.

DUELE LA VIDA..