17/01/2019

Mundo

El terrorismo sacude a Bogotá con un sangriento atentado en una escuela policial

Bogotá - El terrorismo volvió a sacudir hoy a Bogotá, donde un atentado contra la Escuela de Cadetes de la Policía dejó al menos nueve muertos, entre ellos una ecuatoriana, y 54 heridos según el último balance oficial, lista en la que hay otra ciudadana de ese país y un panameño.

El autor del atentado que dejó nueve muertos en una dependencia policial de Bogotá está "plenamente identificado", afirmó el presidente Iván Duque, mientras la fiscalía reveló que se trata de José Aldemar Rojas Rodríguez, aunque sin aclarar si el hombre tenía vínculos conocidos con organizaciones guerrilleras.

La primera confirmación oficial del ataque la hizo el alcalde de la capital colombiana, Enrique Peñalosa, que lamentó lo ocurrido. 

"Todavía no tenemos una información completa; parece que hubo un coche-bomba dentro de la Escuela General Santander; hay por lo menos cinco muertos", señaló Peñalosa a periodistas.

El vehículo se estrelló contra una pared y se produjo una potente detonación. Una columna de humo podía verse desde varias cuadras, según fuentes de la Policía. 

Pocos minutos antes había terminado una ceremonia de ascenso de brigadieres generales de la Policía, por lo que los investigadores no descartan que el ataque hubiera estado dirigido a los máximos oficiales de la institución.

Testigos e imágenes difundidas por miembros de la institución mostraron los restos de un vehículo incinerado y un cuerpo calcinado.

Las autoridades de salud de Bogotá reportaron que tres de los heridos fueron trasladados al hospital de El Tunal, y dos al Policlínico del Olaya. Hasta ahora no se conoce información del estado de los pacientes.  

Por eso, familiares y amigos de los hombres y mujeres que estaban en el edificio en el momento del ataque comenzaron a concentrarse frente a los hospitales a la espera de información.

El presidente Iván Duque, que estaba de visita en el departamento de Chocó, regresó de inmediato a Bogotá para una reunión de emergencia con la cúpula de seguridad.

En un intento por calmar los temores que desató el ataque suicida en la capital, el alcalde Peñalosa llamó a la sociedad a mantener la calma, informó que se reforzaron todas las medidas de seguridad en la capital colombiana y descartó la posibilidad de un nuevo atentado, según el diario local El Espectador. 

ANTECEDENTES

En la última década atentados principalmente de grupos guerrilleros han sacudido la capital colombiana, pero el de hoy es el más grave de ellos por el elevado número de víctimas.

El 12 de agosto de 2010 la entonces guerrilla de las FARC atentó con un carro bomba contra el complejo de edificios en el sector financiero de Bogotá en el que funcionan Caracol Radio y otras empresas.

En ese atentado, al menos nueve personas resultaron heridas y decenas de edificios dañados.

En aquella ocasión, los explosivos fueron activados de forma remota, un extremo que en el atentado de hoy contra la Escuela de Cadetes de la Policía General Francisco de Paula Santander no ha sido confirmado.

El 15 de mayo de 2012, otro atentado adjudicado por las autoridades a las FARC sacudió la capital cerca del corazón financiero de Bogotá, cuando adhirieron una bomba al vehículo del exministro Fernando Londoño, cercano al expresidente Álvaro Uribe.

Londoño circulaba en un vehículo blindado en la calle 74 a la altura de la avenida Caracas cuando le adhirieron el explosivo. En el atentado murieron dos de sus escoltas.

El 2 de julio de 2015 se produjeron dos atentados contra oficinas del fondo de pensiones Porvenir, una de ellas también en el sector financiero, en la calle 72, y la otra en el occidente de la capital.

Por esos ataques, que no dejaron muertos, 13 supuestos miembros del Ejército de Liberación Nacional (ELN) fueron detenidos como presuntos responsables.

También el ELN fue responsable de otro atentado en febrero de 2017, cuando miembros de uno de sus grupos urbanos colocaron una bomba en una esquina del tradicional barrio de La Macarena, en el centro de Bogotá, dejando un policía muerto y 24 heridos.

Las víctimas hacían parte del Escuadrón Móvil Antidisturbios (Esmad) que estaba desplegado en la zona para prevenir desórdenes por el regreso de las corridas de toros a la ciudad.

La última vez que los bogotanos vieron de cerca el horror de los atentados fue el 17 de junio de 2017, cuando un explosivo ubicado en un baño de mujeres del Centro Comercial Andino segó la vida de tres personas, incluida una francesa, y causó heridas a nueve más.

Ese atentado fue atribuido al Movimiento Revolucionario del Pueblo (MRP), un grupo casi desconocido que se autodefine como "guerrilla urbana" y que en ocasiones ha sido vinculado con el ELN.

El Andino está ubicado en una zona acomodada de Bogotá, si bien es muy popular y por su localización alrededor de restaurantes, bares y cines es muy concurrido por todos los ciudadanos de la capital.

Sin embargo, el atentado que quedó grabado en las pesadillas de los bogotanos se produjo el 7 de febrero de 2003 contra el club El Nogal.

Entonces, las FARC también utilizaron un carro bomba que dejaron en el aparcamiento del club.

Cuando estalló, 36 personas murieron y más de 200 resultaron heridas.

El último atentado grave contra la Policía lo perpetró el ELN el 27 de enero de 2018 cuando retomó sus ataques tras un cese el fuego de 100 días producto de las negociaciones de paz con el Gobierno.

Ese día, detonaron una bomba en la comisaría de Policía del barrio San José de la caribeña Barranquilla y perpetraron otros ataques que dejaron en total siete policías muertos y 41 heridos, entre ellos varios civiles. 

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