Los ministros de Economía y Finanzas, Bruno Le Maire, y de Hacienda, Gérald Darmanin, explicaron que tuvieron en cuenta en esa corrección el deterioro del contexto internacional, durante una entrevista concedida a Les Echos.

Le Maire señaló que la ralentización global está afectando directamente a la zona euro, en particular Alemania e Italia, y que también han integrado "los riesgos de tensiones comerciales persistentes entre Estados Unidos y China y la perspectiva del Brexit". En tanto, pronosticaron que el déficit estará "entre el 3% y el 3,1%" del PIB, es decir menos que el 3,2% que habían adelantado el pasado mes de diciembre.

El incremento con respecto al 2,5% conseguido en 2018 se explica por la ralentización de la economía, pero también por los 10.000 millones de euros de gasto público suplementario decidido en diciembre por el presidente Emmanuel Macron para hacer frente a la crisis de los "chalecos amarillos", informó EFE. El Ejecutivo abandona así su objetivo de lograr el equilibrio presupuestario en 2022, al término del mandato de Macron.

En su lugar, el déficit se quedará en 1,2% en 2022, lo que según Darmanin "es un esfuerzo muy importante" teniendo en cuenta que cuando llegaron al poder los números rojos de las cuentas públicas suponían 3,4% del PBI.

En paralelo, habrá un menor esfuerzo que el prometido hasta ahora en la reducción de la deuda, que de acuerdo con los nuevos parámetros del Gobierno, subirá cinco décimas este año hasta el 98,9% del PBI antes de disminuir en los tres ejercicios siguientes hasta el 96,8% en 2022.