19/07/2019
Hugo Héctor "Pupi" Parralejo, tandilense, y César
Alberto "Caribeño" Foti Suárez, nacido en Colombia pero radicado en
el país desde su infancia, fueron detenidos por efectivos de la división
Delitos de Falsificación de la Policía Federal luego de una investigación
ordenada por el juez Sebastián Casanello y el secretario Ariel Saban en la que
se pudo comprobar que ambos formaban una banda dedicada a la falsificación de
billetes de 200, 500 y 1000 pesos, que eran distribuidos en la provincia de
Buenos Aires y en la Capital Federal.
Tenían impresoras, planchas, filmadoras, todo en un pequeño
departamento en un complejo de la zona de Manuel Alberti en Pilar. Parralejo,
el principal imputado, de 46 años, informático de profesión, oriundo de Tandil,
estaba en plena tarea de impresión cuando lo allanaron: tenía 600 mil pesos
entre plata falsa y lista y planchas para cortar. Nada de dólares. La banda
solo producía moneda argentina.
Foti Suárez, por su parte, fue detenido en el barrio porteño
de Constitución, en la calle Virrey Cevallos. Con 58 años, dedicado en los
papeles a la venta de autos y un domicilio declarado en Lanús, su rol era el de
financista. Según indicaron fuentes de la investigación a Infobae, el hombre
aportaba los fondos para la producción de los billetes. De hecho, se pudo
establecer que Foti Suárez pagaba los servicios de luz y gas del departamento
de Alberti donde funcionaba el taller clandestino. Las pinchaduras telefónicas
revelaron que había pagado otros insumos.
"Unos lúmpenes, tipos del hampa", los definieron
los investigadores. Parralejo, que tiene conocimientos de diseño gráfico, ya
había estado preso en un penal federal en 2013.
Como parte de la organización también detuvieron al "Gordo Dani", colaborador en el
negocio de los billetes truchos; a "Popper", distribuidor en la
ciudad de Tandil de donde Parralejo es oriundo y "La Marchela", que
se encargaba de la distribución en otros puntos de la provincia de Buenos
Aires.
Para entender cómo llegaron a la detención hay que
remontarse a 2018, cuando a Parralejo le iniciaron una causa en el Juzgado
Federal Nº7 de Casanello por haber intentado comprar perfumes con billetes
falsos en el shopping Paseo Alcorta, en el barrio de Palermo. En ese momento
una vendedora lo denunció, lo retuvo personal de seguridad y luego de que la
Policía de la Ciudad lo requisara, descubrieron el billete falso y se lo
llevaron detenido. Por ese hecho fue procesado y elevado a juicio.
Por aquel episodio, en apariencia no tan grave, se lo acusó
por el mismo delito que se lo acusa ahora: circular un billete falso es tan
grave para el Código Penal como imprimirlo.
Así, lo condenaron a tres años de prisión en suspenso. El
delito de falsificar moneda tiene penas de entre 3 y 15 años. Si bien a
Parralejo lo condenaron, en cierta medida la sacó barata.
En paralelo, la AFI enviaba una "precausa" al
Juzgado Federal Nº9 de Luis Rodríguez, una prerrogativa que tiene la agencia de
inteligencia para iniciar una investigación. Esta vez, las sospechas eran por
narcotráfico.
En el marco de esa "precausa", pincharon varios
teléfonos, entre los que estaba Parralejo en charlas con Foti Suárez. Ese
expediente por tráfico de estupefacientes fue cerrado por falta de resultados
pero se obtuvo un detalle clave que cambió todo y que fue aprovechado por el
juez Casanello y su equipo.
En una de las grabaciones descubrieron una conversación de Parralejo
y Foti Suárez en la que se indica la
existencia de los billetes. Es decir, a pesar de haber sido sentenciado, siguió
delinquiendo con lo que sí sabía hacer según las imputaciones en su contra:
producir moneda falsa.
La División de Investigación de Delitos de Falsificación de
la Policía Federal comenzó a seguir los pasos de "Pupi". Lo
encontraron en Tandil, donde le pincharon otros teléfonos que tenía a su
nombre. "Después vemos que Parralejo se asienta en Pilar y vemos que
empieza a tener conversaciones con Foti para comprar repuestos de impresoras.
Seis meses de investigación y ya era evidente. De vuelta falsificando",
reveló una fuente del caso a este medio. Después lo capturaron.
En una conferencia de prensa en la que estuvo presente la
ministra de Seguridad, Patricia Bullrich, y la Subjefe de la Policía Federal
Argentina, Mabel Franco, se dieron detalles de lo incautado.
Se secuestraron laptops de última generación, impresoras
multifunción profesional e impresoras de mesa, todas ellas de alta velocidad.
Cartuchos de toner, rollos de papel foil de diversos colores para copiar la
banda de seguridad, marcos de tela para serigrafía y productos gráficos
químicos para imitar originalidad del soporte papel.
Asimismo, hubo máquinas laminadoras que actúan por calor,
que junto al papel foil imitan por calor la banda de seguridad, cortadoras,
maquinaria para detectar luz UV y una lámpara de luz blanca y luz UV para
observar medidas de seguridad en billetes.
Encontraron documentación de vehículos en blanco y una
pistola calibre .22.
Los investigadores federales recuerdan otro truco de
Parralejo, de los días en que se dedicaba a circular moneda falsa
norteamericana: solía colocar sus billetes truchos entre billetes reales. La
cuestión pasaba por el olfato: intentaba que se le pegue el olor característico
del dólar real.
FUENTE Y FOTOS: INFOBAE
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