El intendente Lunghi, que siguió las actividades de cerca en los dos días, resaltó la importancia de la iniciativa que "fomenta el encuentro, el compañerismo y la creatividad, y promociona el arte, la cultura y la libre expresión de los más chicos".

"Fueron dos jornadas muy intensas y con mucho trabajo para que todo salga bien y ahora vemos con satisfacción como todos estos chicos disfrutaron, aprendieron y se divirtieron junto a un referente como es Milo Lockett", agregó.

Además agradeció a todas las personas que formaron parte de la organización, a los padres que acercaron a sus hijos, a las instituciones educativas que se sumaron y a Milo Lockett y su equipo.

Milo Lockett agradeció a los chicos y familias que participaron y al Municipio por organizar el encuentro. Asimismo destacó que lo importante es inculcar libertad y autoestima a los chicos para que sean felices y así serán adultos felices.

La primera de las jornadas se realizó en el Club Independiente el viernes por la tarde y estuvo destinadas a 500 niños de los  jardines 917, 923, 901, 904, Arlequín y Bambi, Jirimm 3, de las escuelas primaria 68, 8 y 38, del CEC 801, escuelas 503 y 504, de las escuelas municipales de artes visuales y artes y oficios, de instituciones de Vela, Azucena y Gardey, de la Ludoteca y de las organizaciones Pajaritos de la Calle, La Unión y Jano por todos.

Por su parte el sábado asistieron 500 chicos de 5 a 10 años inclusive, que completaron el proceso de inscripción hasta agotar el cupo. En este caso el taller se llevó a cabo por la mañana en el gimnasio de Unión y Progreso.

"Siempre nos sorprendemos, porque uno no piensa como impacta en el otro este deseo de la pintura, del dibujo. Nosotros lo hacemos  de una manera muy sencilla y simple y tratamos de acompañar la imagen de los chicos, que es lo que tenemos que hacer como adultos. No hay que pensar en el niño artista, sino en fortalecer su seguridad, su autoestima, en dejar que tomen decisiones, que sean libres de poder elegir. Estos talleres lo que hacen es estimular la libertad, la creatividad que generalmente aparece cuando uno tiene la necesidad y no es una cosa que tenga que ser obligada. Trabajamos con el estímulo", contó Milo Lockett a La Voz.

Más adelante refirió "yo creo que la imagen, el dibujo o la pintura siempre lo tomamos como algo menor y en realidad es la primera manifestación que tiene el ser humano, es la primera forma de lenguaje, siempre es a través de un garabato, pero por ahí es cultural que muchas veces nos parece una materia menor y es una materia  que nos ayuda a fortalecer mucho nuestra seguridad"

Sobre sus inicios contó "cuando era chico mis padres me mandaban a la tarde a la Escuela de Bellas Artes, como un pasatiempo más, pero tuve mucha suerte de haber tenido buenos maestros en la Escuela Primaria, tuve uno de Dibujo y con él comencé a interesarme por esto. Después me metí en el mundo de la pintura".

Respecto de la repercusión que han tomado sus obras y cómo lo reciben los chicos en cada presentación sostuvo "trato de tomarlo con mucha normalidad. No quiero ser parte de la historia del arte solo por haber sido reconocido, sino que me parece que está bueno cuando podemos dar una señal clara de que los otros también pueden hacer eso que nosotros hacemos. El mensaje es simple, los chicos necesitan que nosotros los miremos, lo más primario en el ser humano es el cariño y después acompañar eso que hacen. Lo más importante del taller de pintura no es el dibujo que van a hacer ni el color que elijan, lo más importante es donde vamos a colgar esa imagen, porque ahí empieza el reconocimiento. Lo importante es que la persona adulta que viva con el niño, lo reconozca. Ahí empieza la construcción del mundo de cada uno", finalizó Lockett.

SOBRE EL ARTISTA

Milo Lockett es uno de los artistas visuales más destacados de la Argentina. Sus obras y estilo han ganado reconocimiento internacional y ha expuesto en los más diversos espacios culturales del mundo.

Nacido en Resistencia, Chaco, es autodidacta y por lo tanto promueve y estimula a las personas a dibujar y a pintar de forma intuitiva. Para él los temores y las dificultades que se presentan ante una hoja en blanco son disparadores creativos que no deben ser reprimidos.

Milo comenzó su carrera luego de trabajar varios años en la industria textil. En 2002 cerró su fábrica y estampadora textil, y abandonó completamente sus actividades empresariales para dedicarse por entero a la pintura, logrando crear en poco tiempo una identidad pictórica.

Artista popular como le gusta definirse, lleva adelante además una intensa tarea social y solidaria. Dona anualmente un promedio de 200 obras para diferentes organizaciones.