Si bien hubo una importante reunión en la sede de la Federación Obrera Ceramista de la República Argentina (FOCRA), el jueves pasado, lo cierto es que la dureza de las posiciones de los sectores en pugna, mantiene el conflicto sin una resolución definitiva. El empresario Juan Loitegui aseguró que piensa reactivar la planta, pero está firme en su decisión de despedir a diez empleados, lo que es rechazado de plano, por el resto del personal.

Luego del encuentro en Capital, los trabajadores desarrollaron una asamblea en la planta Loimar, el sábado por la mañana, en la que sus representantes contaron algunos pormenores de la marcha de las tensas negociaciones con el sector patronal, especialmente de lo ocurrido el jueves, cuando dirigentes de nivel nacional de ese sindicato y los delegados locales, mantuvieron una reunión con Loitegui.

Allí, el empresario transmitió que no tiene pensado cerrar la planta de Tandil, y espera solucionar el conflicto para reactivar el trabajo, incluso con el horno de ladrillos, que meses atrás se anunció como cerrado y que solo permanecería con actividad el sector de cerámicos.

Los trabajadores tomaron con alivio el mensaje empresario, pensando en la continuidad laboral, aunque advirtieron que "hay mucho por resolver todavía". 

Por caso, la situación compleja de Loimar en términos de deudas, especialmente con las prestadoras de servicios básicos como energía eléctrica y gas, además de deudas fiscales.

En ese sentido, desde Focra se pusieron a disposición de Loitegui para colaborar con gestiones, especialmente ante organismos de gobierno, pensando siempre en facilitar la posibilidad de que Loimar vuelva a funcionar.

DESPIDOS

Sin embargo, el elemento que recrudeció las desavenencias entre trabajadores y empresario, sigue sin ofrecer posiciones de acercamiento y tiene que ver con la decisión de Loitegui de despedir a diez empleados, haciendo hincapié, en esa reunión, en que es su empresa y le asiste el derecho de tomar esa medida.

De todos modos, puesta esta novedad a consideración de la asamblea, los más de 80 trabajadores de Loimar, resolvieron, unánimemente, seguir firmes en que volverán a trabajar "sin despedidos".

Vale recordar que para el pasado viernes, estaba anunciada una nueva audiencia en el Ministerio de Trabajo de la Nación, que finalmente no se desarrolló y se postergó para esta semana, fundamentado en que el canal de diálogo entre los trabajadores y Juan Loitegui está abierto y, por el momento, con cierta fluidez.

La cuestión de los diez despidos aparece como un elemento profundamente discordante y que le suma complejidad al conflicto, porque es el único punto en el que no hay un ápice de acercamiento entre las partes. Un resquicio que puede ofrecer alguna salida a ese laberinto, "es que haya compañeros que acepten irse y cobren la indemnización; o si se abre una instancia de retiros voluntarios, puede negociarse", explicó uno de los delegados.