Se trata de una iniciativa impulsada por el Centro Universitario de Innovación Ciudadana, en coordinación con el Sistema Integrado de Salud Pública. Particulares aportaron sus impresoras 3D para generar insumos que estuvieran escaseando, ante la pandemia. Es así que ya hay más de 200 mácaras para el personal sanitario y esta semana, se entregará una primera tanda.

José Marone, Secretario de Extensión de la Facultad de Ciencias Exactas y Coordinador del CUIC, explicó a La Voz que la iniciativa surgió "a través de una red de voluntarios, que tenían impresoras 3D para hacer los protectores faciales. Veníamos viendo este tipo de movimientos alrededor del mundo y el objetivo del CUIC es el de aportar soluciones a problemáticas sociales, de una manera abierta y colaborativa".

"Nos estaban llegando mensajes desde muchos lados, de gente que quería colaborar y también de necesidades que se presentaban. Y actuamos siendo el vínculo y el organizador de estas propuestas. Realizamos una videoconferencia entre todos los actores, y decidimos iniciar una campaña de solicitud de impresoras 3D, para hacer los protectores", relató Marone.

Indicó que "el mayor requerimiento hoy en día, es de elementos de protección. Cualquier institución que está abierta, funcionando, las está necesitando".

Así, el CUIC impulsó la impresión 3D de los protectores faciales, utilizando material denominado PDA, donado por la empresa Grilon3 al Sistema Integrado de Salud Pública, que a su vez, será el que establecerá el destino de los protectores.

"Nosotros articulamos con el SISP, y ellos nos dirigen a quienes quieren colaborar. Las máscaras las vamos a entregar al Sistema de Salud, pero ellos van a decidir cómo se distribuyen esas protecciones", manifestó Marone. Asimismo, resaltó el trabajo del personal de la Dirección General de Inspección y Habilitaciones, que retiran el material para las impresiones y luego recolectan las máscaras,

También aclaró que "hay especialistas que verificaron", la viabilidad del producto, para ser utilizado en el marco de la emergencia sanitaria.

"Algún otro requerimiento que surja también lo vamos a tratar de canalizar", manifestó, al tiempo que destacó "es increíble la solidaridad de la gente".

El grupo dedicado a la confección de estas protecciones está integrado por alrededor de 30 personas, de las cuales 18, están imprimiendo las máscaras.

"Imprimir cada protector demanda de una hora y media a dos. Fuimos tratando de ajustar la calidad y el menor tiempo de impresión, hasta que consensuamos un diseño", sostuvo el académico.

Hasta el momento, se llevan impresas 220 mascaras, más otras 75 en proceso de armado y en el transcurso de esta semana, se entregarán las primeras 120 al sistema de salud.

Marone convocó a "nuevos impresores para que se sumen a la red, porque estamos abiertos a recibirlos".

"Los protectores son reutilizables. El sistema de salud después dispondrá cada cuánto tiempo se desinfectan y se pueden reutilizar. Hoy, están siendo constantemente lavados con agua y alcohol, durante el proceso de armado", detalló.

Finalmente, comentó que parte del proyecto incluía armar respiradores impresos en 3D, "pero en videoconferencia con gente del Círculo de Ingenieros de Entre Ríos y la gente del INTI, nos explicaron que un respirador, si no es aprobado por la Anmat, es poco probable que se pueda utilizar. Tienen que pasar por una certificación. Estábamos a dos semanas de la crisis y decidimos ir por estas protecciones. Después, posiblemente avancemos en el armado de piezas de respiradores, que sean certificados por la Anmat".