La fallida intervención de un bombero en el cumplimiento del servicio terminó accidentalmente en una herida grave, en un hecho ocurrido en la tarde del pasado 16 de Abril en Primera Junta y Entre Ríos, Tandil. 

Un nene de 10 años jugaba con su bicicleta en proximidades de su casa cuando su pierna quedó atascada en el rodado, por lo que sus papás decidieron llamar a los Bomberos. 

Al lugar llegaron patrulleros, una ambulancia y una dotación de socorristas, uno de los cuales tomó un expansor, utilizado habitualmente para cortar chapa y rescatar a personas que quedan atrapadas, y en circunstancias que deberán investigarse, lesionó seriamente una de las piernas del pequeño. 

El chico fue trasladado de urgencia al Hospital de Niños donde fue intervenido quirúrgicamente, en una operación muy compleja, cuyo resultado fue exitoso. No obstante, los facultativos transmitieron a la familia que su recuperación demandará de 6 meses a un año de tratamiento. 

Olga Ibañez, madre del menor, en contacto con LA VOZ narró la enorme preocupación que generó el episodio, sobre todo por la incertidumbre y el dolor que representa la herida que sufrió su hijo (ligamentos y músculos afectados), la posterior operación, y lo que viene en adelante en materia de rehabilitación. 

Del mismo modo, extendió un profundo agradecimiento al Hospital municipal y el personal en general, así como a un efectivo de Bomberos que se "preocupó desde el principio hasta ahora" por la salud del niño. "También agradezco a un vecino (no sé el nombre) que pasaba caminando y nosotros no teníamos el teléfono a mano, y llamó a emergencias", indicó la señora a este Diario. 

Por otro lado, reprobó la madre la "muy mala consideración tanto del Jefe del Cuartel Central de Bomberos como del efectivo que ejecutó la maniobra".