14/01/2021

Deportes

La contundencia puso a Lanús en la final de la Sudamericana

Más allá de los caminos elegidos, ganar siempre es consecuencia de haber hecho mejor las cosas que el rival. El volumen de juego -hoy tenencia- es tan necesario como la contundencia. Lanús no fue más que Vélez, pero se empapó de eficacia y ése fue el móvil que lo depositó en la final de la Copa Sudamericana, en donde espera a Defensa o Coquimbo.

A pesar de la ventaja 1-0 lograda en el Amalfitani, el equipo de Luis Zubeldía se vio superado por Vélez. Se sintió rodeado, presionado, aturdido por momentos, porque la visita le puso el alma al partido, tuvo las mejores, pero no pecó a la hora de convertir.

Las obligación generó en Vélez un compromiso extra, como si el equipo hubiera entendido que si repetía lo de Liniers se quedaría afuera. Por eso fue desde el inicio sobre el arco del chico Morales, quien rápidamente comenzó a los revolcones. Porque la visita se adueñó de pelota y campo y generó dudas en el fondo de un Lanús, que no aparecía despertar.

Todo lo bueno que el equipo de Pellegrino armó no se vio reflejado en la red y eso generaba un tufillo como que no era la noche. Encima, en un minuto se derrumbó el Fortín de la esperanza. A Tarragona se le zafó la chaveta y se fue expulsado por una fuerte entrada al Laucha Acosta y ahí nomás, a la salida de una pelota parada, Belmonte, con la espalda y la nuca, puso el 1-0.

No fue muy distinto el complemento, salvo que el partido se fue rompiendo poco a poco, sobre todo con el segundo del Grana (Orsini), pero el Fortín siguió peleado con la puntería. Lanús acertó una vez más, en el epílogo,y se fue derechito a la final del 23 en el Mario Kempes.

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