Las ``dificultades'' en el campo de batalla fueron admitidas por el vicejefe del Consejo para la Seguridad Nacional de Moscú, Rashid Nuurgaliyev quien, no obstante, se manifestó confiado en que la denominada "operación militar especial cumplirá sus objetivos''.­

Un similar baño de realidad se dio el líder checheno Ramzan Kadyrov, quien combate al servicio del Kremlin en Mariupol y reconoció que al comienzo de la invasión se cometieron ``algunos errores y hubo pequeñas carencias''. Al igual que Nuurgaliyev, luce optimista: "Ahora estamos avanzando como estaba previsto, logrando el 100 por ciento de las tareas fijadas por nuestro presidente Vladimir Putin''.­

La lectura de Kiev sobre la coyuntura del conflicto bélico es distinta, pues sus servicios de inteligencia afirman haber interceptado una conversación de un soldado del Ejército rojo en la que le confiesa a un amigo que las tropas de Moscú desplegadas en la sureña región de Zaporiyia están "exhaustas'' por los continuos ataques rivales, que los bombardean todas las noches. Algunos camaradas se hallan al borde del agotamiento nervioso y listos para dejar de luchar, más allá de las duras consecuencias que les esperarían, concluye el revelador diálogo.­