02/07/2022
El documento completo señala
La realidad coyuntural del movimiento obrero es compleja,
hay distintos factores que atentan contra la estabilidad de los trabajadores,
los elementos son múltiples y nocivos, no podemos desconocer los causales y sus
consecuencias, enumeremos algunos de ellos.
Dos años de pandemia generaron una retracción económica
mundial sin precedentes, solo equiparable a los daños ocasionados por la
segunda guerra mundial. Según La Organización Internacional del Trabajo (OIT),
más del 60 por ciento de la población mundial empleada, es decir, 2 000
millones de mujeres, hombres y jóvenes, se ganan la vida en la economía
informal, Ello se traduce en que tienen el doble de probabilidades de ser
pobres en comparación con los trabajadores regulados. Nuestra Argentina no es
ajena a esta condena global.
Si bien el 2021 arranca con una tasa de desempleo de 14,6% y
en la actualidad este número ha bajado a un 7%, el empleo registrado perdió
terreno frente a las diferentes modalidades del monotributo. Esta recuperación
se dio mayormente sobre la base de un incremento de empleos informales (es
decir, de personas que no tienen reconocidos todos sus derechos como
trabajadores). Al margen de las paritarias libres hoy vemos que toda
reivindicación salarial se diluye ante los precios de la canasta básica y la
inflación.
Enfrentamos como país un profundo deterioro del tejido
productivo, este agudo proceso de desindustrialización salvaje se dio de forma
vertiginosa en los cuatro años del gobierno cambiemos tras el cierre de 24.537
pequeñas y medianas empresas (Pymes), este calamitoso saldo ha dejado grandes
heridas en el mundo del trabajo.
El endeudamiento criminal por parte del gobierno cambiemos
con el FMI es el acuerdo más grande en la historia del Fondo Monetario
Internacional (US$ 57 mil millones), considerado una de las deudas ilegitimas
más regresivas para el pueblo argentino, dejando la economía de nuestro país
sujeto al apetito de los acreedores, quienes en sus planes tienen como variable
de ajuste a los trabajadores.
El proyecto de reforma laboral presentado por Cambiemos se
afianza como una de las decisiones imperantes de quienes representan ese espacio
político. Horacio Rodríguez Larreta, actual jefe de gobierno de CABA y posible
candidato presidencial adelantó que está a favor de una reforma laboral y
previsional en un futuro gobierno. El senador Martín Lousteau (Juntos por el
cambio/UCR) presentó un proyecto de reforma para eliminar las indemnizaciones
por despido, estos hechos actuales no son aislados tienen una relación directa
con el 2017 donde Mauricio Macri presidente por ese entonces había presentado
un proyecto de reforma ante el senado de la nación, este no prospero por
resistencia de la oposición y el movimiento obrero. Una vez más la intención de
quita de derechos hacia los trabajadores está más vigente que nunca con el solo
objetivo de favorecer a unos pocos.
Los puntos enumerados conforman un análisis a grandes trazos
del complejo escenario que atraviesa nuestra sociedad, es un cuadro descriptivo
que puede parecer rudimentario ante los ojos del lector, pero es el fiel
reflejo de los desafíos que debemos enfrentar como organizaciones sindicales.
Tenemos la obligación y responsabilidad de estar a la altura
de las circunstancias como dirigentes gremiales, no podemos permanecer
indiferentes ante las dificultades de nuestros compatriotas. Es impensado caer
en la hipocresía de pregonar o confesar compromiso alejados de la unidad y la
organización. Hoy nuestra acción debe ser clara y sin dilaciones priorizando el
fortalecimiento del movimiento obrero, comprendiendo a este como una de las
herramientas más genuinas para enfrentar el difícil escenario que atravesamos.
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