17/03/2023
organizada por SENASA y CAICHA VOLVER
Guillermo Oliverio Responsable de Calidad de Cagnoli, expuso frente a los principales especialistas y técnicos del sector en el marco de la primera edición del Ciclo de Conferencias: "Hablemos de chacinados, salazones y afines en Argentina", organizado por el Servicio Nacional de Sanidad y Calidad Agroalimentaria (SENASA) y la Cámara Argentina de la Industria de Chacinados y Afines (CAICHA).
El pasado martes 14 de marzo, Cagnoli participó de la
primera edición del Ciclo de Conferencias: "Hablemos de chacinados, salazones y
afines en Argentina", organizado por SENASA y CAICHA.
Este ciclo de conferencias está destinado a todo el sector a
nivel nacional y convoca a los principales especialistas y técnicos de las
empresas y organismos relacionados a la producción de chacinados, salazones y
afines. Allí, se expuso sobre la caracterización del sector, el control de
establecimientos, las normativas vigentes y la rotulación de productos.
En esta oportunidad, Guillermo Oliverio Responsable de
Calidad Cagnoli (especialista en Tecnología de los Alimentos y Auditor Nacional
en Industrias Alimenticias) disertó sobre: "El control de calidad en el proceso
de elaboración de embutidos secos".
Cagnoli es una de las empresas referente a nivel nacional
por su modelo de producción que combina la artesanalidad y las recetas de
familia con altos estándares de calidad en un entorno natural único como son
las sierras de Tandil. Ese entorno es el que asegura un clima y un ambiente
ideal para la elaboración de chacinados.
La empresa, lleva a cabo un estricto control de calidad en
todo su proceso productivo. Partiendo desde la cría y la alimentación bajo un
modelo asociativo, la selección de la materia prima, su preparación, la
formulación de las recetas, el picado, mezclado, embutido, atado, secado y
maduración, hasta la liberación del producto en sus diferentes terminaciones.
Se vela por la calidad en cada uno de los eslabones de la
cadena de valor porcina hasta que el consumidor recibe el producto terminado en
la góndola.
Si bien las normas y procedimientos de bioseguridad son
parte fundamental de la cultura de la empresa y protegen a todo el sistema de
producción. Lo que se destaca, es que cuentan con un fuerte legado familiar que
está presente en cada etapa de la elaboración de embutidos secos, fiambres y
salazones. Por eso, el factor humano es fundamental.
No se trata solo de la aplicación de un sistema de trabajo,
sino también, de la coordinación del talento de los hombres y mujeres en cada
etapa del proceso. Lo que asegura al consumidor el mismo estilo de producto
cada vez. Por ejemplo, existe una receta aprendida de cada salame, pero la
forma en que se elabora en cada momento depende de la evaluación que el maestro
especiero hace de los condimentos. Luego, en la etapa de secado, también hay
variables que tienen que ver con la naturaleza, ya que el clima cambia a lo
largo del año. Por eso, los saberes aprendidos y transmitidos de generación en
generación son tan importantes a la hora de definir la calidad del producto.
Cagnoli es una empresa posicionada a nivel nacional que
cuenta con un equipo de alto desempeño, consolidado y dinámico enfocado en la
eficiencia productiva y la innovación constante, sin perder su legado de
tradiciones y amor por la calidad desde hace 99 años.
Desde 2011, Tandil cuenta con la certificación de
Denominación de Origen, la única de Argentina. El desafío, de cara al
Bicentenario es continuar con este legado de tradición y calidad, trabajando
día a día para distinguirse como una ciudad referente en la producción de chacinados
y cuna de especialistas en la materia que son referentes a nivel nacional.
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