Acto por Malvinas: "Nunca dejemos de reclamar lo que nos pertenece"

A la entonación del Himno Nacional Argentino, la Marcha de Malvinas y el toque de silencio, a cargo de la Banda de Música de la I Brigada Blindada del Ejército Argentino, se acompañó una invocación religiosa, en la que el padre Horacio Gómez expresó: "Pedimos que no quede sin tu reconocimiento Señor, lo que ellos hicieron por la Patria, y que tampoco nosotros olvidemos su heroísmo y sus gestos de grandeza. Pedimos por los combatientes que ya no están con nosotros, sus familias, padres, esposas e hijos que los siguen teniendo vivos en su corazón y en su memoria".

"Por los que quedaron con vida, por su heroísmo, que continúan llevando el peso del sacrificio del pasado".

"Que, en el marco de una sociedad organizada, puedan encontrar el respaldo y el apoyo que los honre cada día, y así vivir con dignidad. De algún modo se repare el sufrimiento que conlleva toda guerra y que a pesar de ello sigue azotando nuestro mundo".

"En esta hora en la cual parece verse amenazada la paz social, y por consiguiente la sana convivencia y vínculos entre los argentinos, te pedimos que de alguna manera intentemos imitar la fortaleza y la grandeza de corazón, la fe, la esperanza y el patriotismo de aquellos hombres de la gesta de Malvinas. Que nos animen aquellos valores que fortalecieron el ideal de nuestros mayores para afianzar la Patria, su soberanía, y construirla en paz. Que esta oración sea no solo la de los cristianos sino también la de todos los hombres de nuestro suelo, de todos los credos y confesiones, hermanados por ser argentinos".

"Malvinas es un ultraje del colonialismo imperial"

Seguidamente, hizo uso de la palabra el Intendente Miguel Lunghi, quien sostuvo en su discurso que "42 años después, con la misma emoción, el mismo dolor y el mismo orgullo, venimos hoy a compartir este día histórico con la certeza de que no sólo las Islas Malvinas fueron, son y serán argentinas, sino que el tiempo, a cargo de las generaciones del porvenir, a través del camino de la paz, nos llevará, sin odio, pero sin olvido, a la tierra donde quedaron nuestros héroes contemporáneos".

"Dije alguna vez que decir Malvinas equivale a decir patria y país, tierra y nación, épica y destino, frío y abrazo, esperanza y llanto, pertenencia y paz, pérdida, lagrimas, sangre, sueño y libertad. Dije alguna vez que la causa Malvinas nos obliga a renunciar al facilismo ligero de la victoria y a la resignación indigna de la derrota. Malvinas está más allá de toda cuestión coyuntural".

"Es una herida que no cierra, pero también un honor por los que allí lucharon, por los que allí quedaron y por los que de allí volvieron y trataron de seguir su vida, muchas veces olvidados por el Estado. Es entonces, también Malvinas, una deuda con los excombatientes. A pesar de ello, los argentinos, 42 años después, hemos aprendido a incorporar aquellos soldados, oficiales y suboficiales caídos en la lucha como genuinos héroes, tal como lo fueron todos los héroes de la guerra de la independencia".

"Y que se sepa, Malvinas sigue siendo un ultraje del colonialismo imperial, que hoy resulta más anacrónico que nunca, pero también, tristemente, más presente que nunca. Urgen pues, que nuestros gobiernos levanten bien alto la bandera de la soberanía nacional, allí donde quedó la sangre de los argentinos".

"En nuestra ciudad hay muchos lugares, lugares donde se respira el aire de Malvinas, su identidad única. Hay espacios en museos, en plazas, en calles, que tributan la memoria viva de las islas, tan lejana como nuestra".

"Que este 2 de abril nos permita entender más que nunca que la historia está abierta, que el tiempo nos dará la razón, que la verdad histórica está de nuestro lado y si aquella fue una guerra que nunca debió ser, será su contracara la paz y la palabra, la que nos devolverán lo que es nuestro de una vez y para siempre".

"Estamos en deuda con cada combatiente que derramó su sangre en las Islas"

El Veterano de Guerra de Malvinas, Nicolás Dómina, también se pronunció en el acto, y recordó que "como todos los años, el 2 de abril rendimos un justo homenaje a los veteranos de guerra de Malvinas, pero también conmemoramos la vigencia de la decisión de recuperar estas islas como parte de nuestro territorio".

"En 1982 la guerra sentida por el pueblo argentino, duró 74 días, una guerra breve en términos históricos, pero suficientes para que murieran 649 hombres. Y eso solo fue el comienzo de una herida que no cierra. Más de 450 ex combatientes de Malvinas se quitaron la vida tras la guerra".

"Algunos no soportaron la indiferencia ni la falta de reconocimiento de la sociedad, ni de las propias fuerzas a las que pertenecían, al no brindarles ayuda económica, medica ni psicológica, cuando lo necesitaron, ocurrió eso. Pero también debemos recordar y tener presentes a aquellos que lograron sobrevivir a semejantes circunstancias, y hoy están entre nosotros despertando cada día, llenos de insomnios y de sueños por cumplir".

"A quienes también acompañaron y acompañan a nuestros veteranos: sus esposas, padres, hijos y nietos. Todos son parte de este dolor. Seamos conscientes que estamos en una deuda con cada combatiente de nuestra Patria que derramó su sangre en las Islas. Nunca dejemos de reclamar lo que nos pertenece. Estamos convencidos desde lo más íntimo de nuestro ser, que las Islas son, fueron, y serán argentinas, y así deberemos transmitirlo a las nuevas generaciones. Estudiando y recordando para que esta Patria crezca, cobijando a todos bajo la misma bandera. ¡Viva la Patria!".

Finalmente, antes de dar paso al Desfile por calle Dagnac, la vecina Elba Luján Martínez dio lectura a un escrito propio, en homenaje a los héroes de Malvinas.

"A nuestros héroes de Malvinas. Y un día marcharon, porque la Patria los necesitaba. Y allí estaban ustedes, soldados de mi patria, para combatir en esa guerra que se había desatado. Los esperaba un mar embravecido, una trinchera, una pista lista para volar y estar atentos al avance del enemigo. Y vieron cómo el mar se llevaba a muchos de sus compañeros. Todo se vestía de rojo, por la sangre derramada, por esta guerra que a veces no entendemos el porqué. Aquí, dejaron padres, hermanos, abuelos, amigos, quizás alguna noviecita, su gente. Después la vuelta a casa no era la misma. Algunos regresaron, otros quedaron entre un mar y la tierra en aquellos lugares tan helados. Pero los que regresaron tuvieron que luchar para reinsertarse a la sociedad, a la libertad y a la paz. Y no se quedaron sin la paz. Y no se quedaron sin la vida, no siendo reconocidos. Tuvieron que batallar, golpear puertas. El ser humano olvida lo que pasó, pero ustedes no son olvido, sino presencia. Como ciudadana, qué orgullo me da verlos portando sus estandartes, sus gorras, sus medallas, ya sea un 2 de abril como el de hoy, o un 2 de mayo, en el acto en el cual ustedes son el centro principal. Porque ustedes para mí son los soldados de mi patria.

Con qué fervor cantamos nuestros himnos, nosotros como pueblo, y ustedes con las fuerzas de su corazón. Hoy dejo mis humildes palabras para todos, con una letra que un cantor surero escribió y lo llevó al disco y cuenta, que en una letra... En una escuela de campo, la maestra les pidió para un día 2 de abril, a la clase, que escribieran algo sobre la guerra de Malvinas. Y dice la letra que Juancito, uno de esos alumnos, no escribió nada. La maestra asombrada preguntó, ¿Por qué Juancito no escribiste? Y el niño le respondió, porque allí en las Malvinas, señorita, yo tengo un hermano muerto.

Los abrazo, como ciudadana, madre y abuela, a ustedes, los soldados de mi patria. Muchas gracias".