10 de enero de 2025
Ante la llegada de una ola de calor sobre Tandil en los próximos días que anunció el Servicio Meteorológico Nacional, desde el Sistema Integrado de Salud Pública se brindaron consejos para prevenir golpes de calor en niños y bebés. La situación de los adultos mayores.
El SMN anunció para los próximos días una ola de calor que registrará temperaturas superiores a los 30° en nuestra ciudad y otras regiones del país. Desde el SISP advierten a la población sobre los riesgos que acarrea la exposición prolongada al calor y ofrecen una serie de medidas preventivas para evitar cuadros y lesiones severas derivadas de la falta de cuidados, ante la persistencia de altas temperaturas.
La pediatra Ana Albanese es subjefa de guardia del Hospital
de Niños Debilio Blanco Villegas y describió cuáles son los síntomas y como se
previene el golpe de calor en bebés y niños.
"El golpe de calor es una forma grave de lesión por calor que genera un desequilibrio del cuerpo al no poder responder ante temperaturas elevadas, una situación a la que también se puede arribar cuando se realiza actividad física en esas condiciones climáticas", define la médica.
¿Cuáles son las
poblaciones más vulnerables al golpe de calor?
Los menores de un año, los niños, los adultos mayores y los
pacientes con enfermedades crónicas, principalmente.
En el caso de los bebés, el riesgo se incrementa porque no
pueden decir cuándo necesitan hidratarse o que tienen calor, entonces suelen
estar más irritables -con un llanto difícil de calmar e interpretar- y con la
piel muy caliente; un cuadro que, de no tomarse medidas, puede derivar en una
sintomatología más severa. También hay que prestar mucha atención a la
sudoración excesiva o a la sudamina, es decir, el brote por transpiración que
puede aparecer en los pliegues (axilas, cuello) y en el pecho.
¿Cuál es la
sintomatología a tener en cuenta?
El agotamiento o cansancio excesivo es un estadio previo al
golpe de calor y hay que reconocerlo para evitar una situación más grave. Lo
mismo sucede con la fatiga muscular, los calambres y el dolor intenso de
cabeza. Cuando empiezan a aparecer las alteraciones de conciencia (confusión),
la somnolencia excesiva y fiebre alta (más de 39°) es necesario concurrir a la
guardia del Hospital para aplicar el tratamiento adecuado.
Otro síntoma frecuente es la sed excesiva, la boca y la
lengua seca. Por eso es importante chequear si esas zonas están bien
hidratadas. Puede sumarse a la nómina de factores a tener en cuenta los
síntomas gastrointestinales, el dolor abdominal, las náuseas, los vómitos y la
inapetencia. Es de suma importancia prestar atención a ellos porque, de
antemano, ya complican la hidratación con lo cual también se recomienda que se
acuda a la guardia del Hospital, en caso de presentarse este cuadro.
Cómo prevenir un
golpe de calor
La Dra. Albanese subraya que "si sabemos que nos esperan
días con temperaturas muy altas es fundamental tener en cuenta una serie de
medidas preventivas:
· Ofrecer a los niños más líquidos que lo habitual. Si es un
bebé que toma teta, darles pecho con más frecuencia y si tiene más de 6 meses
que ya pueden ingerir otros líquidos, ofrecer más cantidad de agua o la leche
que tome. Se sugiere evitar el consumo de jugos procesados o gaseosas porque
contienen mucha azúcar y no favorecen a la hidratación: al contrario, como el
alcohol, aceleran la pérdida de líquidos.
· Elegir comidas livianas, no exponerse al sol entre las 10
y las 16 y, de hacerlo, colocarse gorro, protector solar, renovarlo cada dos
horas o luego de salir de la pileta.
· Si son niños que asisten a la colonia de vacaciones,
enviarlos con gorro, ropa clara, holgada y de algodón para que la transpiración
pueda disiparse; colocarles protector solar antes de salir de la casa,
asegurarse de que lleven agua fresca -si se puede, dejarla toda la noche en la
heladera- recordarles que tienen que hidratarse y hablar con ellos sobre la
importancia de estas medidas para que también sean partícipes activos de su
cuidado, conociendo los riesgos de la exposición al sol sin protección.
· Elegir lugares con sombra para que estén los niños;
sacarles la ropa, mojarlos con frecuencia o mojar sus prendas. Los bebés tienen
una gran superficie corporal en la cabeza, por eso también se aconseja mojarla
regularmente y asegurar, en todos los casos, un buen descanso.
Los cuidados en
adultos mayores y jóvenes
En el caso de los adultos mayores, suele disminuir
progresivamente la percepción del calor y de la sed, dos situaciones que
incrementan potencialmente el riesgo de deshidratación con lo cual la ingesta
de líquidos es de vital importancia.
Por otra parte, los pacientes funcionalmente dependientes
y/o con enfermedades crónicas son más sensibles o cuentan con mayor
predisposición a deshidratarse.
En esta población, un golpe de calor puede ser confundido
con una situación de fiebre derivada de un cuadro infeccioso o interpretarse
como la confusión asociada a algún proceso de deterioro cognitivo.
· Las personas a cargo o cuidadores de algún paciente
postrado o con alteración de la conciencia deben ofrecerles líquidos de manera
casi permanente.
· Se recomienda también ingerir comidas livianas y frescas,
el uso de sombreros o gorras, evitar ropa oscura y salir en las horas de más
calor.
· Mantener los ambientes frescos y ventilados.
· Al igual que en menores de un año y niños con enfermedades
crónicas (corazón, riñones, patologías neurológicas) o que estén cursando un
cuadro infeccioso, se recomienda tomar mucho más líquido que lo habitual. Es
más fácil deshidratarse con la exposición al calor si hay un cuadro infeccioso
previo.
· No dejarlos solos y/o encerrados en un vehículo
estacionado.
· En el caso de los jóvenes y adolescentes, se sugiere no
consumir bebidas con alcohol ya que aumentan la temperatura corporal y, con
ello, la pérdida de líquidos. También se sugiere evitar esfuerzos físicos o
realizar actividades deportivas exigentes y sentarse a descansar si aparecen
mareos y fatiga.
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