20 de mayo de 2025
Tras el trágico accidente en la Ruta Nacional 3, el Colegio de Ingenieros alertó sobre el grave deterioro de la infraestructura vial y la urgente necesidad de un plan integral de inversión y modernización.
El reciente choque frontal entre un colectivo de la empresa Cóndor Estrella y un camión, ocurrido el pasado martes 13 de mayo en el kilómetro 132 de la Ruta Nacional 3, volvió a poner en evidencia el estado crítico de las rutas argentinas y el impacto de la falta de inversión en infraestructura pública. El siniestro, ocurrido cerca de San Miguel del Monte, dejó un saldo de víctimas y heridos, y ha encendido nuevamente las alarmas entre especialistas y autoridades.
Según testigos y sobrevivientes, el pavimento presentaba un
avanzado grado de deterioro, con demarcación deficiente y señalización
insuficiente, a lo que se sumaron las condiciones de escasa visibilidad por
neblina. Una pasajera incluso declaró que el cinturón de seguridad del
colectivo no funcionaba correctamente.
Frente a esta situación, el Colegio de Ingenieros de la
Provincia de Buenos Aires (CIPBA) expresó su profunda preocupación, no solo por
este hecho puntual, sino por el deterioro generalizado de la infraestructura vial
y la virtual paralización de la obra pública con financiamiento nacional. En un
comunicado oficial, la entidad técnica cuestionó el actual sistema de control
vehicular, que centraliza la Revisión Técnica Obligatoria (RTO) en unos pocos
profesionales agrupados en la Asociación de Ingenieros y Técnicos del Automotor
(AITA), y a través de un comunicado propuso ampliar esa función a todos los
profesionales habilitados del país para lograr controles más eficaces.
El documento también destacó el rol estratégico de la Ruta
Nacional 3, vital para la producción y logística del país, a pesar de lo cual
presenta desde hace años problemas estructurales: calzadas angostas, baches,
obras inconclusas y señalización escasa.
En ese sentido los ingenieros recordaron que proyectos de mejora, como
la transformación en autopista anunciada durante la gestión de Mauricio Macri,
nunca se concretaron, mientras que durante el mandato de Alberto Fernández se
relanzaron algunas obras, pero con dificultades financieras que derivaron en
avances dispares y, finalmente, en su paralización bajo la actual
administración nacional.
"El deterioro de la infraestructura no es una situación
estática, sino un retroceso", alertó el Colegio. "Mientras el país
intenta estabilizar su economía y crecen las demandas logísticas, nuestras
rutas y ciudades no acompañan esa evolución. Nos enfrentamos a eventos
climáticos cada vez más extremos y a un crecimiento urbano que requiere
soluciones estructurales, no parches".
Inundaciones
El comunicado cita también los recientes desastres
naturales, como la tormenta en Bahía Blanca en marzo o las inundaciones en la
región de Zárate-Campana, como ejemplos de una infraestructura insuficiente
para enfrentar los desafíos actuales. Para el CIPBA, estos no son hechos
aislados, sino síntomas de un abandono sistemático por parte de las
autoridades.
La entidad profesional, que conduce el Ing. Jorge
Castellano, cuestionó además la falta de planificación de largo plazo y la
utilización partidaria del tema: "Durante las últimas dos décadas, pasaron
por la gobernación bonaerense dirigentes de todos los sectores mayoritarios.
Sin embargo, los ciudadanos seguimos padeciendo los mismos problemas".
Frente a este panorama, el Colegio volvió a insistir en la
necesidad de establecer un plan integral, consensuado y sostenido en el tiempo,
que contemple la recuperación, ampliación y modernización de la infraestructura
pública. "No se trata de optar entre obra pública o inversión privada,
sino de aplicar la mejor fórmula en cada caso, con transparencia y
eficiencia".
El mensaje también apunta contra la falta de voluntad
política para implementar mecanismos de participación público-privada, como los
que se desarrollaron en sectores como el energético, donde se combinaron
incentivos y marcos adecuados para atraer capitales. "Si podemos aplicar
políticas fiscales de déficit cero, ¿por qué no podríamos hacer lo mismo con la
infraestructura?", se preguntaron.
Finalmente, desde el CIPBA hicieron un llamado a dejar de
lado posturas ideológicas rígidas y a trabajar en conjunto, con criterio
técnico y compromiso social: "No se trata de improvisar tras cada
tragedia, sino de prevenirlas mediante planificación. Nunca es tarde para
comenzar lo que no se hizo, ni para corregir lo que se hizo mal".
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