7 de junio de 2025
La ilusión de Oscar era celebrar el cumpleaños de 15 de su nieta Candela. Por esas cosas del destino hace unos meses que este cordobés, tandilense por elección, está internado en el Hospital Ramón Santamarina. Pero lo que para otros sería un momento triste, para Oscar, "fue uno de los mejores de su vida". Hoy La Lupa Random te cuenta la historia de este hincha Canalla que, junto a su familia y la complicidad del personal de la Sala Cuarta, festejó el 15 de la nieta en "un pedacito de cielo".
por
Lorena Medina y Florencia Pendas
Esta es una de esas historias que se cuentan de adelante
hacia atrás. Las redes hoy son una ventana a la vida de las personas y ahí
conocimos a Oscar. Un abuelo de 84 años que celebró el cumpleaños de 15 de su
nieta en la habitación del hospital Santamarina, donde está internado hace dos
meses.
Y digo que la historia se cuenta al revés, porque fuimos en
busca de esta colorida historia y con el correr de la charla fuimos
descubriendo que este abuelo feliz, es un escritor cristiano, pasó por el
seminario, hoy misiona con el whatsapp como herramienta, escribe mensajes para
comenzar el día y reflexiones al finalizar la jornada. Hincha de Rosario Central,
ex ciclista que, por estos días, tiene el corazoncito un poco dividido entre
Corrientes, Rosario y Tandil.
Oscar cuenta la historia del 15 de su nieta Candela con
alegría y confiesa que ese día "fue uno de los hombres más felices del mundo."
"La cosa es así", comienza Don Díaz, "se venía el
cumpleaños de 15 de mi nieta más chica, Candela, y me decía que cómo iban a
festejar conmigo acá y yo le dije, que el Señor nos iba a regalar la mejor
fiesta".
Oscar, más conocido como Eduardo (su segundo nombre) no
sólo es un hombre de mucha fe, sino que para hacer semejante afirmación...sabía
que contaba con ayuda.
Evelina e Iván, son enfermeros de la sala cuarta y
empezaron a escuchar "como quien no quiere la cosa" que se venía el cumple de
Candela, que era una fecha muy especial y fue ahí donde empezaron a idear el
festejo en "La 9".
"Organizamos el domingo 1 de junio, a la tarde se decoró
la habitación con globos, la familia le trajo ropa nueva para ponerse. Él
estaba muy ansioso, ¡feliz! Cuando con mi compañero lo empezamos a preparar nos
preguntaba si le quedaba bien la ropa, si estaba bien peinado, se perfumó, es
coqueto y quería estar lindo. Y así, recibió a la familia, estuvo muy lindo
todo", cuenta Evelina una de las cómplices.
Oscar sabe que no es cosa de todos los días festejar un
cumple de 15 y mucho menos en el Hospi, pero tiene una definición especial para
esa cama 9 de la sala cuarta. "Si vos me preguntas por mi internación y estas
cosas que me están pasando (señala la bomba para la medicación endovenosa) yo
lo único que tengo para decirte querida, es que este es un pedacito de cielo, y
sus empleados son como angelitos que me revolotean. Nunca están enojados, nunca
una mala cara, siempre bien dispuestos. Atentos, preguntando que necesito, cómo
estoy. Y ellos quisieron colaborar para que tengamos una fiesta especial", dice
Don Díaz con la voz entrecortada y los ojitos llenos de emoción.
Ha pasado por tantas vivencias, de las buenas y de las no
tan lindas. Enviudó en el 2008 y sufrió mucho con esa despedida, pero años después
conoció a su actual compañera, Rosi, en una visita al Padre Ignacio en Rosario.
El presente de Oscar, lo tiene separado de ella que está en Corrientes mientras
él pasa sus días acompañado por sus hijos, nietos y bisnietos.
"La alegría más grande que tengo es la de haber sido
siempre muy unidos tengo cuatro hijos hermosos (dos hijas y dos hijos), diez
nietos y seis bisnietos, y verlos a ellos encontrarse es emocionante", dice.
En "su pedacito de cielo" Oscar no mira noticieros "me
hacen mal", pone películas, hace videollamadas con Rosi y recibe a sus hijas que
lo asisten a diario.
Después de casi una hora de charla, en la que además me compartió
sus mensajes, sus propósitos, su deseo de volver a su casa a "escribir mensajes
para mis hermanos cristianos" y fantasear con cómo será ver otra vez al "Fideo"
Di María vistiendo la camiseta de Rosario Central, nos despedimos con la
promesa de encontrarnos afuera, al rayo del sol.
Iván, otro angelito cómplice de la sala cuarta
En un contexto de internación, la humanización de los pacientes es clave. Atender a las personas de manera integral determina cómo será su estadía y también ayuda a la hora de enfrentar diagnósticos y transitar tratamientos.
Después de hablar con Oscar, quisimos conocer cómo
vivieron ese día especial sus enfermeros. Iván nos compartió las palabras que
volcó en una carta. "Cuántas veces imaginamos al abuelo bailando el vals con su
nieta, brindando a las 00:00, preparando la fiesta incluso años para que salga
todo perfecto. Sin darnos cuenta lo afortunados que somos de poder vivirla a
pleno, en otros contextos no se da como uno se imagina. Ahí estaba el don Díaz
esperándonos ansioso para que lo cambiemos con su ropita nueva, emocionado
hasta las lágrimas, esperando a su nieta. "Corré la cama, me dejó el saco
desprendido o lo dejo así?, poneme el gorro, ¿dónde está la pancarta?, estoy
bien peinado?" Eran palabras que salían de su boca. Al fin llegó ella
"La quinceañera" para abrazar a su abuelo. El Equipo de la sala,
familiares, pacientes, todos emocionados incluso Oscar. Hay que cuidar la
conciencia al final todos llegamos a "viejos" escuchemos a nuestros
viejitos y tengamos paciencia. Gracias sala cuarta por hacerme vivir este y
muchísimos momentos que me hacen agradecer y valorar más la vida. Hoy me voy a
casa lleno. PD: nos hace renegar mucho, pero lo queremos".
Un granito de arena para hacerlos felices
Evelina, también es enfermera, sabe que su profesión es
clave en la internación, pero que, si a esa profesión se la ejerce con
humanidad, el ida y vuelta de amor, es infinito. "Para nosotros es muy lindo
ver lo que con poquito podemos hacerles sentir a los pacientes, nos damos
cuenta de lo importante que es escuchar, saber sus necesidades, qué cosas los
hacen felices. Colaborar para que puedan transitar las internaciones con
momentos lindos, eso nos pone muy contentos, convivimos con ellos todos los
días, lo bueno, lo malo, y si desde nuestro lado podemos ayudarlos, es doblemente
gratificante".
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