12/07/2008

Espectáculos y sociales

El oficio de hacer juguetes con madera

Cuentan los historiadores que cuando nació la civilización, allá por la Grecia Antigua y el Imperio Romano, los niños ya se divertían con muñecas y caballos. Los juguetes más tempranos descubiertos por los arqueólogos eran todos de madera.
Pero no hay que irse a tiempos inmemoriales para descubrir que quienes hoy peinan canas, sus padres y abuelos, con suerte alguna vez tuvieron infancia con chiches elaborados desde la precariedad y el ingenio, pero que arrancaron sonrisas y entretenimiento. En sí, siempre sirvieron para satisfacer el derecho de los nenes a un crecimiento lúdico que estimule los sentidos humanos y psíquicos.
Pues bien, en Tandil un exponente de este milenario trabajo de juguetero hace de la fabricación artesanal no sólo una forma de subsistencia económica sino también esa necesidad íntima de realizar lo que a uno le gusta, más allá de las modas y tendencias.
Hugo Cabral (49) es el propietario de un micro emprendimiento que recientemente empezó a funcionar en Quintana 567, Villa Italia.
El vecino contó a LA VOZ como se introdujo en esta particular experiencia laboral. Nada más y nada menos que una fábrica de juguetes de madera elaborados en forma totalmente artesanal, como según averiguó, casi nadie lo hace en la Provincia de Buenos Aires y pocos lo practican todavía en el país.
Un hombre al que lo atrapan singularmente los formatos antiguos. Diseñó símiles del Ford A, Packard, camiones jaula con vaquitas, Jeep y casitas tipo Barbie, totalmente amuebladas, entre otros varios modelos.

Emprendimiento familiar

Si bien Cabral siempre estuvo vinculado al rubro de la pinturería, hace seis años decidió sumergirse en este oficio que también es su pasión.
“Aprendí por mis propios medios, soy autodidacta”, admitió sobre este verdadero amor al que además de mucho tiempo y esfuerzo le pone toda la vocación.
Posteriormente, el entrevistado aclaró que se trata de una pequeña empresa familiar, en el que todos participan. Sus hijos Lucas (10), Magali (11), Estefanía (17) y su mujer Alejandra colaboran lijando, pintando y haciendo muñecos de trapo.
Mientras construye una fábrica de dos pisos en Margarita Galfre 2.158, por ahora los Cabral alquilan el local de avenida Perón, donde tienen abierto en horario corrido, de 9 a 17.
Consultado por la forma en que arma los juguetes, puntualizó que “utilizo herramientas convencionales de la carpintería”.
Actualmente, el tandilense cuenta con un variado stock integrado por unos 90 juguetes.
Según recuerda, Cabral se hizo conocido por un puesto ambulante de venta que tenía en la esquina de Lunghi y Pujol.
No obstante, mostró su voluntad de agradecer a la comuna por el apoyo que brindó la Secretaría de Desarrollo Local, en tanto le otorgaron tres créditos correspondientes al programa de pequeños emprendedores.
A su vez, planea brindar cursos sobre la construcción de juguetes en el local de calle Quintana.
Con todo, Hugo Cabral en menor o mayor escala, en la calle o dentro de un negocio, continuará haciendo del oficio de juguetero una fuente de ingresos y satisfacciones.

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