23 de agosto de 2025

La Lupa Random

La Lupa Random. "Tengo las mismas capacidades e incapacidades que cualquiera, no siento que me falte nada, soy así"

Un hecho de inseguridad me llevó hasta la persona que hace meses estaba buscando y no lograba encontrar. Historias como ésta merecen estar en La Lupa Random, para cambiar nuestra mirada hacia otros, pero también vernos a nosotros mismos en nuestras posibilidades e imposibilidades. Hoy, Gabriel Lamacchia, una persona que hace lo que todo el mundo y dice "no me veo incapaz, seguro que hago las cosas de manera diferente, pero yo no me siento distinto."

por
Lorena Medina y Florencia Pendas

La primera vez que lo vi, fue una tarde de verano, temprano yo llegaba a mi trabajo y él cumplía con una jornada más de entrenamiento. Probablemente ya lo había cruzado en algún momento pero ese día, lo vi.

Yo venía de un viaje de rutina por "La Capital", ahí donde los del interior nos chocamos con "otras realidades" que creemos más ajenas de lo que son. Esas cuadras que separan la estación Retiro de la boca de la línea C del subte porteño, se han vuelto para mí, con el correr de los años, muy difíciles de transitar. Duele ver a la gente en situación de calle, duelen los niños que viven pululando y la gente discapacitada trabajando desde antes del amanecer, para ganarse el pan.

Había vuelto de ese día en CABA, particularmente conmovida, pensando entre en dolor y la admiración por esas personas que aún con ciertas limitaciones sale adelante. Se me venían esas imágenes una y otra vez, hasta que llegue al trabajo y cuando mire por el espejo retrovisor del auto para abrir la puerta y bajarme, lo veo a él.

En silla de ruedas, por avenida Del Valle, bajo el rayo del sol, auriculares de vincha, entrenando. Una silla de ruedas que moviliza con su única mano, la derecha. Una habilidad única para hacer que la silla vaya derecho, dos brazadas en la rueda derecha y dos en la izquierda.

Me quedé mirándolo, como pasó concentrado por el costado y luego abrí la puerta. En un segundo pensé en que esa escena había aparecido a despabilarme y mostrarme qué tan cerca hay personas que día a día viven esforzándose. Y por supuesto, lo siguiente que pensé fue en que quería conocerlo y contar su vida en La Lupa Radom.

Pasaron los días, los meses y lo único que había podido saber era que lo veían subir la loma de calle Quintana, pero nada más.

En estos días, tristemente entraron a robar a su casa y un amigo, dueño de la Santería Iemanja, lo visibilizó en sus redes. Ahí supe que se llama Gabriel Lamacchia, que le dicen Chiro y tuve el placer de conocerlo para traerlo a La Lupa.

"Chiro" es tandilense, nacido en el Barrio Fatica, al poco tiempo se mudó a Villa Italia (donde todavía reside). A los 29 años se fue a trabajar a Pinamar y Madariaga donde era encargado de dos panaderías, estuvo allí por 8 años. Después, de vuelta en Tandil, trabajó en el Centro de Jubilados de 4 de Abril y Garibaldi, era canillita. También tuvo un carrito de venta de panchos en el dique, pero tenía que ir y venir con el carro en un flete y no le daban las ganancias para poder mantener la actividad. Había empezado a estudiar administración agraria pero después dejó.

Este vecino, nació con focomelia, una anomalía congénita en la que los miembros están ausentes o incompletos. "Yo soy así desde que nací, tengo mi brazo y mano derecha bien, digamos. Mi pie derecho es chiquito, me falta la pierna izquierda y el brazo, tengo sólo hasta el codo", cuenta Gabriel. "Tuve una linda infancia, a veces sentía que me miraban raro y me angustiaba un poco, pero no me duraba nada. Enseguida se me pasaba, así como era de chico, soy ahora".

"La ciudad me trata bien, antes era más difícil, sobre todo cuando era chico, nos falta igual, pero estamos mejor. Hay muchos prejuicios con la discapacidad, y eso es lo más difícil de erradicar. En cuanto a la accesibilidad", cuenta, "yo ando en la calle y contramano. En la calle porque las subidas no son las mejores en muchas ocasiones, además, como tengo sillas eléctricas tengo que ir pensando en la autonomía y no puedo llegar a todas las esquinas para cruzar, por ejemplo. Y contramano porque necesito ver de frente, hoy la gente capaz maneja mirando en celular y con un poco que se desvíe el auto, si me toca y estoy de espaldas no puedo hacer nada porque no los veo", menciona Chiro.

Y claro, cosas que para él son indispensables tener en cuenta, uno ni las piensa. Como por ejemplo la autonomía de la silla eléctrica. Él tiene dos, una de 15 kilómetros y otra de 29, osea, una a los 15 km se queda sin batería y la otra a los 29km. En un día de trámites en el centro, por ejemplo, tiene que tener calculado el recorrido para la ida y vuelta.

En algún momento usó prótesis, las dos piernas y la mano, pero en los '90 era muy caro y la obra social le cortó la cobertura. Pero no es algo en lo que piense demasiado, "si bien era un avance tenerlas, había todo un acostumbramiento. Calculá que entre las tres prótesis yo tenía que llevar 30 kilos extra. En mi casa casi no las usaba, sí para salir, osea que la costumbre de la silla y de arreglarme sólo, nunca la perdí. No es una lucha que abandoné, pero la verdad es algo muy difícil, ahora ni me imagino cuanto podrán salir".

Gabriel es una persona que se autodefine de carácter fuerte, y entre risas confiesa que no le gusta mucho que le digan que es un ejemplo, aunque cuando se lo expresan "le pongo onda".

"Me jode un poco cuando me dicen que soy un ejemplo, no siento que lo sea. Tengo las mismas capacidades e incapacidades que cualquiera, no siento que me falte nada, soy así. Pido ayuda cuando la necesito, pero no me gusta el cargoseo. No me gusta que sientan lastima por mi discapacidad, ni que me traten de una manera especial". (se ríe)

"Chiro" vive sólo en una casa y en otra casa atrás vive una hermana. "Soy independiente, hago todo solo, lavo, me cocino, ordeno mi casa. No me veo incapaz, hago lo que todo el mundo, seguro que no de la misma manera, pero yo no me siento distinto."

Hace unos años, Gabriel empezó a incursionar en el mundo espiritual, hizo los dos primeros niveles de reiki y ahora tiene en mente hacer la maestría. "El reiki lo empecé para mí, me ayuda mucho a mí, me calmó la ansiedad, sobre todo cuando dejé de fumar esos síntomas de abstinencia al tabaco son horribles. Ahora hago a distancia a conocidos y a quien quiera. Es una terapia muy linda".

El amor por el deporte

Gabriel Lamacchia es hincha de Boca Juniors, y ama los deportes, practicó natación y en noviembre del año pasado retomó las salidas por la estación (en una de esas fue que lo conocí). "Hacía 3 horas en la calle, volvía por calle Quintana y acá en casa terminaba con abdominales y pesas". Habla en pasado porque la silla que utilizaba para esas salidas, se rompió de tanto uso y ahora sólo tiene las eléctricas que para entrenar no le son útiles.

En algún momento en Mar del Plata un chico le prestó para que probara una silla deportiva de competición, esas que son de tres ruedas, liviana. "Esas son hermosas, no me he puesto a averiguar cuando salen, pero me gustaría poder hacer alguna prueba, competir, me animo", dice.

Mientras tanto, ansía volver a practicar algún deporte, el cuerpo se lo pide y su mente también, porque le hacía muy bien.

El robo

Por supuesto que en la charla hablamos sobre el robo que sufrió en su casa y la impotencia que siente ahora. "Se llevaron plata pero no revolvieron nada, como si el que entró hubiese estado antes acá adentro", cuenta. "Lo que me duele es que se llevaron toda la documentación y ropa de mi amiga Victoria, que está estos días en Tandil por una consulta médica, eso me hizo llorar para afuera, te juro...hace mucho que no lloraba, pero que ella haya sufrido esto, me duele", dice.

Y yo me quede pensando en esa frase "llore para afuera", no le pregunte, no me salió, pero la aclaración me dio la sensación de que tal vez alguna o varias, veces haya llorado para adentro.

Gabriel me desbloqueó, como buen reikista, varios niveles de prejuicio. Y contarles su historia, espero que les permita a ustedes también, tener otra mirada de la discapacidad, la propia y la ajena.

Para ayudar

Sus amigos de la santería visibilizan un pedido de ayuda, porque en el robo se llevaron la jubilación que había sacado del banco Gabriel. Quienes quieran brindarle una ayuda a él, que además hospedando a su amiga en este transe de salud y a la que sólo la dejaron con "lo puesto".

Pueden entrar al instagram @santeria_iemanja_tandil o en el alias de José Gabriel Lamacchia: sombra.atomo.bingo

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