3 de julio de 2025
Fuentes cercanas al titular del Instituto de Obra Médica Asistencial (IOMA), Homero Giles, minimizaron las protestas de afiliados. "Quieren ser candidatos", dispararon.
Frente a las manifestaciones que llevaron a cabo en las últimas semanas afiliados autoconvocados de Tandil y Mar del Plata por falencias en la atención médica, desde el Instituto de Obra Médica Asistencial (IOMA) salieron a bajarle el tono a las protestas, aseguraron que hay "intereses políticos" y advirtieron que algunos afiliados "quieren ser candidatos a concejales".
Según informaron fuentes cercanas al titular del IOMA,
Homero Giles, tanto en Tandil como en Mar del Plata los afiliados que se quejan
por la demora de turnos, la falta de prestaciones y demás problemas en la
atención médica "tienen intereses políticos" y "quieren ser concejales u
obtener otros cargos". Para los directivos de la obra social son personas que
buscan hacerle un boicot a la mutual en pleno año electoral.
"Nosotros no nos vamos a subir a ese interés que tiene esta
gente de destruir lo que está costando tanto sostener. Cada vez que me
preguntan si les vamos a contestar, les digo que no. Hacen fake news y tienen
intereses personales, seguro querrán a ser concejalas u obtener otro cargo",
insistieron desde el IOMA.
Si bien algunas de las pancartas que levantan estos
afiliados autoconvocados de Tandil y Mar del Plata tienen que ver con la falta
de reintegros, demoras en la provisión de turnos, prácticas médicas
restringidas, prótesis que no llegan, cobertura bioquímica insuficiente y
abandono en la asistencia oncológica, desde el IOMA hacen caso omiso a los
planteos.
"En Tandil está la misma gente de Mar del Plata. Esas
personas pedían un acuerdo con el Círculo Médico de Tandil, que tenía altas
exigencias para atender a los afiliados del IOMA, entonces la obra social
concretó con la mutual 23 de diciembre. Como no cumplió IOMA la sacó, si total
no tiene que quedar bien con nadie, solo con los afiliados", explicó un
funcionario de Giles.
Con relación a Mar del Plata, el funcionario de la obra
social provincial declaró que las clínicas que dejaron de trabajar con IOMA en
el último tiempo tomaron esa decisión no porque la mutual no quiso seguir
vinculada a estos centros de salud, sino que estos lugares "no querían atender
a afiliados que, según ellos, son de segunda y cuarta categoría".
Asimismo, desde el IOMA salieron en defensa de la Asociación
Civil de Establecimientos Asistenciales y Prestadores Privados (ACEAPP),
intermediario que gestiona los policonsultorios de toda la provincia, al
remarcar que, desde su llegada a Tandil y a Mar del Plata, se regularizaron las
prestaciones y los reintegros, y se comenzaron a ofrecer servicios que antes no
estaban.
A su vez, negaron las versiones de las afiliadas de que no
hay especialistas en esos centros de salud, y apuntaron que esas mentiras "lo
único que hacen es ensuciar el buen nombre de honor de un montón de médicos y
de médicas que atienden en los policonsultorios".
"No se animan a decir que tienen intereses políticos y que
están mintiendo a su propia gente, porque ellas se presentan como referentas de
autoconvocados. ¿Quién sos? ¿Una representante política o sos una afiliada que
dice que no recibe su prestación como corresponde?", sentenciaron desde el
IOMA.
Crecen las quejas contra el IOMA
El Instituto de Obra Médico Asistencial (IOMA) atraviesa una
crisis que se profundiza año tras año y que hoy afecta a miles de afiliados en
toda la provincia de Buenos Aires. Las complicaciones con los policonsultorios,
desde la poca cobertura hasta la demora de turnos, se repiten en varios
distritos y golpean especialmente a las poblaciones más vulnerables. Aunque
algunos municipios figuran más complicados que otros, la falta de atención
oportuna ya se volvió una postal cotidiana que revela el deterioro del sistema.
Para afrontar los conflictos como la falta de pagos a
prestadores, las restricciones de prácticas médicas y la imposibilidad de
garantizar turnos básicos, el titular del IOMA, Homero Giles, promovió la
llegada de los policonsultorios gestionados por la Asociación Civil de
Establecimientos Asistenciales y Prestadores Privados (ACEAPP). Lejos de
resolver los problemas, la creación de estos centros empeoró la situación. El
primero fue impuesto en La Plata en 2021, y en plena pandemia del coronavirus
muchos afiliados se quedaron sin servicio durante semanas. "Nos dejaron sin
atención 15 días, una locura en medio de la emergencia sanitaria", recordó un
afiliado platense.
A cuatro años de aquel inicio fallido, la situación lejos
está de haberse solucionado. En ciudades como Mar del Plata, la precariedad se
hizo tan evidente que los afiliados marcharon a la delegación local para exigir
respuestas frente a los recortes de prestaciones y la falta de medicamentos, en
una protesta que ni el frío polar pudo frenar.
En Tandil, el panorama no es distinto. Allí, los
beneficiarios aseguran que la única opción para ser atendidos es recurrir a la
Clínica Chacabuco, el principal prestador del PAMI, que no da abasto con la
demanda acumulada. Como consecuencia, los turnos pueden demorar hasta dos
meses, y los pacientes se ven obligados a pagar consultas particulares o
recurrir a los policonsultorios, que también exhiben serios problemas de
capacidad y organización. El resultado es un sistema de salud provincial cada
vez más degradado, que pone en riesgo derechos básicos mientras se diluyen los
recursos en intermediaciones y estructuras paralelas.
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