19/06/2021

Locales

Intoxicación por monóxido de carbono: Haciendo visible al enemigo invisible

El Dr. Miguel A. Ponce es investigador independiente del Conicet Mar del Plata y desde hace décadas dedica su tiempo de investigación a mejorar la calidad de vida de las personas a través de la prevención de accidentes con monóxido de carbono (CO). Con su grupo de trabajo, radicado en el Instituto de Investigación en Ciencia y Tecnología de Materiales (Intema, Conicet-UNMdP), desarrolló una llave de corte para prevenir accidentes por formación de CO. Trabajan, también, en la concientización social sobre la temática. El monóxido de carbono es un gas altamente tóxico que se produce por una mala combustión de un material combustible. Posee una afinidad 250 veces mayor por la hemoglobina que el oxígeno y en eso se basa su toxicidad.

En esta nota, Miguel Ponce señala indicadores importantes a tener en cuenta:

- Al iniciar la época de temperaturas bajas, ¿a qué cuestiones hay que estar atentos con respecto a la calefacción de los ambientes?

- Lo ideal es realizar un servicio de mantenimiento en los aparatos que funcionen a partir de un suministro de gas o por combustión. Este mantenimiento debe hacerlo un gasista matriculado y controlar la emisión de gases del artefacto con detectores. Esto incluye calefones, calefactores, calderas y generadores de electricidad por combustión, entre otros, para comprobar que su funcionamiento sea adecuado. También es recomendable chequear que las rejillas de ventilación, normadas por ENARGAS, no se encuentren tapadas por muebles u otros elementos porque es muy importante asegurar que haya circulación de aire acorde al volumen de gas consumido por el artefacto de gas. También es necesario revisar las cañerías de salida de los gases de combustión y prestar especial interés a los sistemas que no son de tiro balanceado y consumen el oxígeno del ambiente.

A pesar que una llama color azul puede generar CO, debemos estar atentos a la coloración de la llama. Una llamar color rojiza o amarilla indica de forma directa la presencia de CO. Han ocurrido situaciones de generación de CO aún con llama azul.

No confiarnos con los tiros balanceados porque también pueden producir monóxido de carbono y puede ocurrir que por fisuras, corrosión o roturas del vidrio visor se emita monóxido de carbono al ambiente.

No confiarnos con el lema de dejar la ventana abierta. Esto nos puede matar. Depende del volumen de oxígeno en el ambiente y del poder de ventilación de la ventana para poder limpiar el ambiente del gas tóxico. Para esto debe haber una relación entre la difusión del gas CO, distancia de la venta a la fuente, punto de circulación de aire respecto de la fuente, tamaño del quemador, tamaño del ambiente donde se encuentra la fuente y principalmente la cantidad de oxígeno consumido por esa fuente. Para ser claro, no es lo mismo un horno en una cocina pequeña que una vela en un ambiente grande. No es lo mismo una ventana de 2x5 mts que una pequeña rendija. Lo importante es la circulación de aire de manera que nos ventile el sector de la posible fuente de CO.

- ¿Qué sugerencias se recomiendan para evitar accidentes con monóxido de carbono?

- No se debe calefaccionar con hornallas u hornos, ni cerrar herméticamente los ambientes. Tampoco utilizar los mismos conductos de ventilación para varios artefactos ni materiales que no son adecuados para las cañerías o conductos, como caños corrugados, ni colocar calentadores de agua (calefones) en los baños. Es importante no remover los elementos de seguridad de los artefactos a gas. Por ejemplo, muchas personas quitan los sensores bimetálicos de las calderas porque se apagan por retro flujo o venteo. Esto deja a la caldera sin sistema de detección térmica, que podría indirectamente darnos una idea que tal vez haya CO en la combustión.

- ¿A qué debemos estar atentos para enfrentar el invierno sin accidentes de CO?

- Si bien ninguna de las siguientes recomendaciones puede asegurarnos que no haya CO en los ambientes, tener en cuenta estos puntos nos puede ayudar a evitar una intoxicación. Es necesario observar el color de la llama, que debe ser azul, no amarilla ni anaranjada, mantener limpias las salidas de los conductos de ventilación -por ejemplo evitar que se hagan nidos de pájaros- y monitorear que los conductos no estén fisurados o con corrosión. En el caso de no tener la posibilidad de hacer un servicio de mantenimiento a los artefactos por un gasista matriculado, se recomienda dejar abierta una ventana unos centímetros en cada ambiente para que el aire se  pueda renovar. De todas maneras esto puede no ser suficiente para evitar combustiones incompletas. Esto dependerá de la mezcla de aire puro y de aire contaminado y de su velocidad de renovación. De ser posible, colocar detectores de gases metano y CO. Y tener especial atención cuando se calefacciona con braseros, garrafas o incluso hogares, ya que es necesario asegurar que haya renovación de aire dado que en estos casos estamos quitando oxígeno del ambiente. Si es posible, evitar usar artefactos de tiro natural.

- ¿A qué síntomas debemos estar atentos para saber si hay intoxicación?

- En primer lugar se pueden presentar mareos y dolor de cabeza, luego, dolor estomacal y adormecimiento. Estos son síntomas comunes a muchas enfermedades, y por lo tanto si se sospecha de una intoxicación por monóxido de carbono lo que se recomienda es salir al exterior, si es posible un ambiente abierto, y respirar profundamente durante unos minutos. Luego, pedir ayuda y al ingresar nuevamente abrir las ventanas y apagar la fuente de emisión de gas. También, puede ser que la intoxicación sea crónica, por lo tanto es importante estar atentos a la repetición de estos síntomas sin la presencia de un cuadro de enfermedad.

 

Información complementaria

El monóxido de carbono (CO) constituye la causa más frecuente de envenenamiento para todas las edades y medios sociales, tanto en nuestro país como a nivel mundial. Es un gas tan tóxico, que la máxima cantidad permitida en el aire de los ambientes es de 50 partes por millón, lo que equivale a una concentración del 0,005%. Además de su elevada toxicidad, es sumamente peligroso al no ser detectable mediante los sentidos humanos, no anuncia su presencia letal.

El CO es producto de la combustión incompleta de compuestos hidrocarbonados, como el gas natural o envasado. La intoxicación se asocia principalmente al uso de artefactos de gas defectuosos o mal instalados, fuentes de calefacción en ambientes mal ventilados, exposición a gases de escape de motores en ambientes cerrados e inhalación de humos de incendios. Es claro entonces que, con la llegada de los primeros fríos, aumenta la probabilidad y frecuencia de que se produzcan accidentes.

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